Decía John Keneth Galbraith que nunca hay que guiarse por los maximalismos, que ninguna receta económica es aplicable a todas las situaciones, que hay que analizar cada situación para decidir las medidas más adecuadas.
Desde John Smith hasta nuestros días, la mayoría de los economistas políticos se han alineado en un bando u otro adoptando como dogma determinadas medidas.
Cuando se declaró la última crisis económica mundial hubo un amplio consenso en que el sector público interviniera para salvar la situación.
Fueron muchos los que dijeron que había que reformar nuestra economía capitalista introduciendo mecanismos de control que impidan a los actores más osados poner en peligro a todos en base al libre mercado.
Pero una vez que se salvaron los platos, volvemos al reino del mercado libre y sin control.
Estamos asistiendo últimamente a una especie de tiranía sin tirano, en la que un ente abstracto llamado "mercados financieros" está obligando a todos los gobernantes del mundo a plegarse a él.
Y estamos todos como papanatas aceptando el dictado de este dictador impersonal.
Pero yo me pregunto:
¿De verdad la política de rigor fiscal y reducción del déficit es la más adecuada en estos momentos?
¿Por qué?
¿Están justificados los sacrificios de los más desfavorecidos para lograr el objetivo de controlar el déficit?
¿Por qué los Estaods Unidos sí pudieron encadenar ejercicios sucesivamente aumentando el déficit sin parar?
¿Estaban más justificados los gastos en las guerras de Bush y Cheney que la protección social de los trabajadores y sus familias en Europa?
No digo que no haya que controlar el déficit en este momento. Simplemente me gustaría que alguien hubiera planteado la tesis contraria, hubiera habido un debate, y se hubiera decidido la solución como consecuencia de una reflexión racional, y no de un ejercicio irracional de fé en los mercados.
¿ Quién le pedirá disculpas a los pobres de todo el mundo si descubrimos dentro de unos años que nos hemos equivocado?
lunes, 10 de mayo de 2010
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Añado: ¿Donde quedó la prohibición o regulación estricta de los mercados de futuros? ¿Donde quedó la tasa Tobbin, que podría poner fuera de juego a los especuladores? Ayer escuchaba en la cadena SER cómo uno de los contertulios decía sin rubor que los especuladores no existen, que somos todos a través de nuestros propios fondos de pensiones los que contribuimos a la debacle de la bolsa... Sr. mío, no todos tenemos fondos de pensiones. Yo al menos no tengo. Y le aseguro que jamás formaré parte de un fondo de pensiones que juegue con mi dinero apostando por mi futuro contra el futuro de los demás trabajadores. NUNCA.
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