viernes, 15 de octubre de 2010

¿El hombre sigue al agua o el agua sigue al hombre?

¿debe el hombre establecerse únicamente en lugares donde tenga garantizado el acceso al agua
o bien
debe llevar el agua al lugar donde se establece?
En este último caso,
¿cuáles son los límites?
Es fácil aceptar que el hombre trate de obtener agua para el consumo humano básico en zonas desérticas, pero ¿es legítimo y razonable construir allí un campo de golf o un regadío trayendo el agua de otro sitio?
Desde mi punto de vista, la acción del hombre para hacer llegar el agua a lugares donde escasea debería tener como objetivo establecer una situación sostenible a largo plazo
Conseguir que crezcan los arboles allí donde han desaparecido puede ayudar a corregir la sequía persistente y recuperar la naturaleza.
Pero hay que hacerlo de modo inteligente, utilizando especies capaces de sobrevivir sin una aportación artificial de agua en el largo plazo, adaptadas a las condiciones de cada lugar.
Hay una frase que ha citado hoy Hugo Morán, Secretario de Medio Ambiente, en el acto sobre el agua con motivo del Blog Action Day en la sede del PSOE, para ilustrar la necesidad de una gestión del agua planetaria y sostenible que sea el resultado de un gran debate y acuerdo sociales.
Decía Hugo que vivimos en el Planeta Agua más que en el Planeta Tierra.
Cuidemos nuestro planeta

Artículo escrito con motivo del Blog Action Day 2010, que este año se dedica al tema del Agua.



lunes, 11 de octubre de 2010

El riesgo de la seguridad informática privada

Imagina que ningún país del mundo tuviera ejército ni policía.
Que los únicos ejércitos existentes fueran privados y estuvieran en manos de cuatro o cinco empresas mundiales de seguridad.
Que esas empresas fueran la principal fuente de información respecto a los riesgos para la sociedad relacionados con la delincuencia.
Que las entidades sociales, empresas, organismos públicos, e incluso los particulares, solo pudieran protegerse de las hipotéticas agresiones a su seguridad pagando un canon a alguna de las empresas privadas de seguridad.
Las empresas de seguridad, al ser privadas, tendrían como objetivo maximizar sus beneficios.
Objetivamente, un nivel de violencia sostenido, que hiciera patente el riesgo para sus clientes, les beneficiaría.
En esas condiciones, ¿como podríamos estar seguros de que los ejércitos de esas empresas intentan realmente erradicar la delincuencia? Podrían perder su negocio.
¿cómo podríamos estar seguros de que el servicio de seguridad que contratamos es el adecuado y no nos están llevando a pagar más de lo realmente necesario?
Aunque parezca increíble, esa es la situación actual de la seguridad de la informática.
Unas pocas empresas, editoras de antivirus, son la principal fuente de información con respecto a las amenazas a la seguridad de nuestros datos y sistemas informáticos.
Yo no desconfío de Kaspersky, Symantec, Trend Micro, Essec Nod32, McAffy, Panda y compañía.
Creo que son empresas serias que desarrollan su actividad de forma honesta siguiendo las reglas del mercado.
Pero la situación es anómala, porque no hay ningún organismo que pueda garantizar desviaciones inmorales en las prácticas de dichas empresas.
Los estados deberían tomar la iniciativa y constituir equipos de seguridad informática más potentes que identifiquen con rigor la entidad de las amenazas y regulen el funcionamiento de este sector que, hoy más que nunca, es vital para nuestra seguridad física y virtual.
La última amenaza, el virus "stuxnet", del que todos los expertos sospechan que se trata del primer virus realizado por un gobierno para atacar a otro, no hace sino confirmar la necesidad de reemplazar el liderazgo actual del sector privado en materia de seguridad por una policía de Internet que realmente merezca dicho nombre, dependiente de nuestros gobiernos.
El hecho de que una parte importante del PC que cada uno de nosotros nos compramos, sirva únicamente para ejecutar los programas antivirus, constituye una anomalía y un desperdicio de recursos que no nos deberíamos permitir.

lunes, 4 de octubre de 2010

Me siento vacío

Me siento vacío, me decía ayer un compañero de la Agrupación de Leganés cuando volvíamos juntos de celebrar, en el despacho de Tomás Gómez en Callao, la victoria de éste en las primarias de Madrid.
Es como hace unos meses en Hamburgo, cuando acabó el partido en el que el "Atleti" ganó la "Europa League". Entonces también tuve esta sensación de vacío, continuaba el compañero.
Quizás sea normal sentirse así, como vacío. Tanto ha llenado nuestra mente el objetivo de conseguir una meta, ya sea el trofeo deportivo de nuestro equipo favorito o la victoria electoral de nuestro candidato, que al desaparecer el mismo por estar ya conseguido, nos queda una sensación de vacío que nos cuesta algún tiempo volver a llenar.
Ayer muchos compañeros nos quedamos vacíos, quizás también porque nos habíamos vaciado luchando por algo en lo que creíamos con firmeza y convicción.
Teníamos la sensación de que nuestras razones eran más nobles que las de los que defendían la otra opción, la de Trini. Sin duda nos equivocábamos, al menos en parte, porque en el otro bando había personas, con muchas de las cuales tuve ocasión de hablar durante la jornada de votación, cuyos argumentos para apoyar a la Ministra; y excelente compañera, añado yo; eran al menos tan nobles como los nuestros.
Y la victoria nos deja la sensación de haber hecho justicia, de haber premiado, aunque sea sólo por una vez, el trabajo bien hecho, sincero y, sobre todo, colectivo.
Cada uno de nosotros, los que hemos votado a Tomás Gómez, nos sentimos igualmente responsables y titulares de su victoria, que en realidad es nuestra victoria.
Esta sensación se ve reforzada por la alta participación y, sobre todo, por lo apretado del escrutinio final.
Ahora queda algo igualmente difícil: gestionar el resultado, triunfo para unos y derrota para otros.
Decía uno de los compañeros que apoyaba a Trini en Leganés durante las semanas anteriores a la votación, que no debíamos olvidar que "hay vida después del día 3". E insistía en que a partir de hoy debíamos volver a ser compañeros de proyecto, que el tiempo de ser adversarios tenía fecha de caducidad.
Desde hoy será mi empeño trabajar para ello. Y me enfrentaré a todo aquél que, desde uno u otro lado, intente, a partir de los resultados y de los legítimos enfrentamientos de estas semanas, separar y ajustar cuentas.





 
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