viernes, 29 de enero de 2010

¿Es digna Esperanza Aguirre de ser presidenta de la Comunidad de Madrid?

Su posición como presidenta es legítima porque obtuvo un número de votos de los electores madrileños suficiente para ello.
Pero la pregunta es si es digna de ello, si realmente lo merece por sus cualidades.
Alguien que espía a sus compañeros de partido no es digna de ser presidenta de la Comunidad de Madrid.
Alguien que menosprecia a los sindicatos, llamándoles anacronismo y aberración, no es digna de ser presidenta de la Comunidad de Madrid.

Cabe recordar aquí que los sindicatos son instituciones refrendadas por la Constitución Española para contribuir a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales de los trabajadores.

Alguien que se alegra y considera un golpe de buena suerte el hecho de retirar a un compañero de su propio partido un cargo de representación en el Consejo de Administración de Caja Madrid y prefiere concedérselo a un miembro de un partido adversario, y que además manifiesta su alegría no por el incremento de la pluralidad y el respeto a los otros que ese hecho puede representar, sino porque considera a su compañero un "hijo puta", no es digna de ser presidenta de la Comunidad de Madrid.

Podría citar decenas de acciones de la indigna presidenta, prácticamente nos "regala" una cada día, que me llevarían a la misma conclusión. Ahí está su desfachatez para inaugurar varias veces el mismo aparato médico en distintos hospitales, el engaño con la contabilidad de las listas de espera, etc.

Cada día que oigo una de sus "hazañas" me cabreo por no poder sentir respeto por alguien que ocupa tan alta instancia representándome a mí.

Insisto: Esperanza Aguirre no es digna de ser presidenta de la Comunidad de Madrid.

Pido a los votantes madrileños que sancionen su baja actitud moral retirándole la confianza y sus votos en las próximas elecciones.

Y, utilizando la técnica de un viejo compañero suyo de partido, diré que no la voy a acusar, aunque podría hacerlo, de haber llegado a ese cargo beneficiándose de un turbio asunto en el que, al parecer, mediando una suma de dinero, unos sinvergënzas impresentables, de nombre Tamayo y Saez, forzaron la repetición de las elecciones, que habían ganado los adversarios de Esperanza Aguirre, con el objetivo de cambiar el resultado.

Primeros pasos y algunos trucos con el libro electrónico

Hace unos días me regalaron un libro electrónico.

Lo primero que me llamó la atención fué la cantidad de libros que caben en su memoria.
En cualquier modelo, por pequeño que sea, puedes llevar toda una pared de libros.

Los siguientes detalles destacables fueron su ligereza, apenas 170 gramos, y su tamaño, equivalente a un libro de bolsillo muy delgado.

Con esos mimbres me las prometo muy felices, aunque el primer choque con la realidad me ha hecho ver las cosas con más realismo.

En primer lugar, el aparato se me ha bloqueado varias veces al tratar de leer libros en formado DOC (¿a quién se le ocurre seguir a Microsoft?) y PDF.

En segundo lugar, me ha parecido que iba algo lento cuando cambia de pantalla.

El primer problema creo haberlo resuelto al descubrir que el formato más adecuado para mi libro electrónico es el EPUB, que es el estándar del mercado utilizado por todos excepto Amazon.

Es un formato orientado a texto, aunque también soporte imágenes, que ocupa muy poco espacio y funciona mucho mejor en el aparato en cuestión.

También he descubierto que existe un programa gratuito de código abierto, llamado Calibre, muy fácil de usar, que convierte casi cualquier formato a EPUB

El segundo problema, lo he entendido al leer este estupendo artículo de Javier Cantero en el blog de Pedro Jorge Romero: la explicación está en la tecnología utilizada por el libro electrónico, la llamada tinta electrónica, que tiene la ventaja de consumir poca energía, pero el inconveniente de la lentitud.

Creo que mi relación con mi nuevo aparato va a ser muy intensa y duradera, teniendo en cuenta la cantidad de horas que paso en trenes de cercanias y aviones de lejanías.

miércoles, 27 de enero de 2010

Ante la expulsión de Cristiano Ronaldo

Viendo la que se ha montado ante la expulsión de Cristiano Ronaldo por dar un codazo a un contrario mientras braceaba tratando de desembarazarse de un agarrón, me he acordado de una reflexión que hago a menudo sobre el mundo del fútbol y que es aplicable, con más razón aún, al resto de la vida en sociedad.

En el incidente futbolístico mencionado, el malo de la película, el que merece la sanción ejemplar, es el jugador que, al recibir una falta por infracción del reglamento del contrario, golpea al otro en un acto reflejo, más o menos voluntario.

Nadie ha comentado como inaceptable el comportamiento del jugador que cometió el agarrón.

En el fútbol hay unas normas, que se llaman reglamento.
Cuando alguien no cumple el reglamento, recibe una sanción.
Con frecuencia la sanción es menos dañina para el infractor que la acción que ha impedido con su incumplimiento.
El ejemplo típico es "la falta táctica" que sirve para cortar, en el centro del campo, muy lejos de la propia portería, un avance peligroso del equipo contrario cuando los nuestros están descolocados.
Los periodistas y los aficionados elogian normalmente al infractor porque ha hecho lo mejor para los intereses de su equipo y llegan incluso a criticarle en caso de no hacerlo.

Esto genera una corriente mayoritaria de opinión que considera moralmente aceptable, incluso recomendable, infringir las reglas.

Pero las reglas se han hecho, en el caso del deporte, para que triunfe el mejor sin hacer trampas, con juego limpio.

Sin embargo, todos hemos acabado abrazando la degradación moral que supone aceptar un cierto nivel de incumplimiento de las normas como algo normal y positivo.

Y en cierto modo, esa misma situación se produce en otros aspectos, sin duda más importantes de la vida social.

Por ejemplo, cuando el fontanero nos pregunta: ¿quiere factura o no? (o el tendero: quiere "tique", etc.)

Lo que en realidad quiere decir es: ¿acepta usted que hagamos trampas entre los dos, yo no pagando a hacienda lo que debería y usted ahorrándose una parte del coste gracias a este fraude?

Y todos lo consideramos normal y moralmente aceptable. Incluso algunos consideran que hace falta ser tonto para actuar según las reglas.

Lo más grave no es que se produzcan estas situaciones.

Lo más grave, desde mi punto de vista, es la relajación ética que supone el que se haya instalado en la Sociedad la valoración de estas actitudes como algo moralmente aceptable.

Es necesaria una revolución ética contra esta degradación moral: Tolerancia cero ante las conductas tramposas o irrespetuosas con las normas que nos hemos otorgado.

El tramposo debe sentir el oprobio por parte de los demás.

He aquí un argumento más para considerar imprescindible la Educación para la Ciudadanía.

jueves, 21 de enero de 2010

Salvemos la Sanidad de Madrid, que está gravemente enferma

La semana pasada la Federación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid denunciaba la politización de nombramientos y ceses en puestos asistenciales de la Sanidad pública madrileña

A la hora en la que escribo estas líneas, se mantiene una huelga inicada hace varios días en el servicio de traumatología del Hospital Ramón y Cajal, uno de los más importantes de Madrid, en protesta por el nombramiento de Rafael Llopis como jefe del servicio de Traumatología, en régimen de comisión de servicios (traslado provisional, sin pasar por concurso). Nada menos que 34 de los 36 médicos que componen la plantilla del mencionado servicio secundan la huelga, que justifican por la falta de méritos profesionales del nuevo jefe nombrado por la Consejería de Juan José Güemes, del que critican que no cursara la especialidad de Traumatología vía MIR (hizo la residencia en el Reino Unido), y el hecho de que proceda de un hospital pequeño. "Con una plantilla de siete traumatólogos, mayoritariamente monográfico de ginecología, sin urgencias de trauma, sin reanimación posquirúrgica y sin docencia acreditada de residentes", según dicen.

Hurgando un poco, cada día podemos encontrar una muestra más, como las anteriores, de la forma de gestionar la Sanidad en Madrid por parte de quien tiene la máxima responsabilidad de ella, el gobierno de Esperanza Aguirre. Una forma de gestionar errónea, poco profesional, y despreocupada de los ciudadanos - pacientes a los que tiene que atender.

¿Lo vamos a seguir tolerando los ciudadanos de Madrid?

Hagamos algo por mejorar la Sanidad de Madrid:
  1. Hasta las próximas elecciones hagamos propuestas para mejorarla, y mantengamos una actitud crítica ante los errores del gobierno del PP
  2. En las próximas elecciones sancionemos la mala gestión de la Sanidad por parte del PP retirándole el voto y optando por cualquiera de las opciones que defienden la Sanidad Pública de calidad en la Comunidad de Madrid

Es lo correcto en democracia

La Iglesia Católica se autodescalifica

Hasta bien entrado el siglo pasado, la Iglesia Católica perseguía a los Judíos, los obligaba a vivir en guetos y llegaba a acusarles de sacrificar niños para sus rituales.

Hace unos días, el cardenal arzobispo de México, Norberto Rivera Carrera decía, a propósito de la ley que permite adoptar a los matrimonios entre homosexuales, que "existe la grave posibilidad de que lo hagan con el perverso propósito de usarlos para pornografía infantil, abuso sexual, prostitución, etcétera"

El recién nombrado obispo de San Sebastián, en recientes declaraciones a la Cadena Ser, decía que "la pobre situación espiritual de los españoles es un mal más grande que el que están sufriendo los pobres de Haití", víctimas del terremoto.

Y no es nada nuevo, ya en 1755, la Iglesia Católica interpretó el terremoto del 1 de Noviembre de aquel año en Lisboa como un castigo de Dios (Acto de Dios) y anunció para el futuro mayores catástrofes como castigo divino.

Es una aberración y una gran contradicción que los buenos sentimientos de los cátólicos estén representados oficialmente por una organización jerarquizada, la Iglesia Católica, que demuestra, en boca de sus voceros oficiales, tan bajos sentimientos como los expuestos anteriormente.

miércoles, 20 de enero de 2010

La conciliación de los horarios de trabajo con la vida personal y su relación con la calidad de la educación

La educación de los niños y adolescentes es una labor en la que intervienen cuatro actores:

  • El niño, que es el más importante
  • La familia que, en general, es el más influyente
  • El maestro, que es el que tiene la responsabilidad de estructurar la educación y darle consistencia
  • La sociedad, que aporta el entorno en el que se va a desarrollar la educación, algo así como el medio disolvente en el que se van a mezclar los componentes de la fórmula mágica.

La incorporación de la mujer al mercado laboral en los últimos 40 años ha reducido dramáticamente el tiempo disponible en el seno de la familia para contribuir a la educación de los hijos.

Dicha incorporación, pese a haber coincidido con un progreso tecnológico fabuloso, que ha reducido la necesidad de mano de obra para producir riqueza en un porcentaje nunca conocido anteriormente, no ha venido acompañada de una reducción del tiempo de trabajo de los hombres. Antes al contrario, las mujeres se han incorporando trabajando el mismo número de horas que los hombres.


El resultado de este fenómeno es evidente en la familia clásica: el tiempo disponible por parte de la pareja (padre y madre) para realizar las labores domésticas y convivir con sus hijos se ha visto reducido en ocho horas diarias como media (sin contar el tiempo de desplazamiento al trabajo ni el dedicado a comer cuando ambos comen fuera de casa)

Parte de esta diferencia se ha compensado con la contratación de personas externas para realizar las labores domésticas (limpieza y cocina principalmente).

Pero el tiempo dedicado por parte del padre y la madre a convivir con sus hijos se ha visto reducido de forma drástica.


Entre mi padre y mi madre, hace cuarenta o cincuenta años, dedicaban 42 horas semanales al trabajo remunerado fuera de casa
Hoy entre mi pareja y yo dedicamos 75 horas semanales a dicha actividad.

¿Dónde está el progreso?

Calculando que cada día dedicamos 8 horas a dormir, el tiempo restante disponible cada semana son 112 horas por persona. Mis padres disponían de 224-42= 182 horas para dedicarlas a la vida familiar.
Entre mi pareja y yo, disponemos de 224-75=149 horas (aproximadamente un 20% menos)

Comparado con la infancia de los que ahora tenemos cincuenta años o más, los niños de hoy pasan mucho más tiempo con trabajadores dedicados a su educación o guarda, ya sea en guarderías o en su propia casa y mucho menos conviviendo con sus padres.


Esta diferencia tiene consecuencias muy serias y negativas sobre la educación: La familia tiene un peso menor en la educación de los hijos, lo que produce un desequilibrio al disminuir las componentes afectivas y emocionales y aumentar las componentes de transmisión de contenidos o, simplemente, pasivas.


Hace poco, en la anterior legislatura, se habló mucho de la adecuación de los horarios para conciliar la vida laboral con la familiar. Había un alto cargo del gobierno que tenía como misión explícita y específica el desarrollo de medidas para favorecer dicha conciliación.

Ahora parece que con la crisis nos hemos olvidado de lo más importante, que no es el aspecto económico de la vida sino la felicidad de las personas.

Ya nadie habla de adecuación de horarios y conciliación, parece que ante la crisis todos tuviéramos la obligación de trabajar más y no hablar de estas cosas, que casi se consideran frívolas.

Pues bien, yo reivindico como un asunto de la máxima importancia, que se vuelva a situar este asunto en el primer plano de las preocupaciones de la sociedad española.
No puede haber economía sostenible si la educación de nuestros hijos es defectuosa.
Y tampoco merece la pena desarrollar un sistema social sostenible si se hace en detrimento de la felicidad de las personas.

Es preciso hablar de flexibilidad en los horarios de trabajo, de reducción de jornadas laborales, de cambiar la cultura de las jornadas prolongadas para sentirnos más importantes, de convertir en una descortesía el posicionamiento de reuniones al final de la jornada con la intención de prolongarla, etc.


Es un error muy frecuente el de perder algo bueno que tenemos cuando cambiamos las cosas con la intención de mejorar lo malo.

La incorporación de la mujer al mundo laboral es una mejora incontrovertible.

Pero con los cambios realizados en los últimos cuarenta años hemos perdido algo muy valioso que teníamos:

TIEMPO PARA VIVIR CON LOS HIJOS Y DEMÁS FAMILIA

¡Recuperemos nuestro tiempo!

martes, 19 de enero de 2010

La ciudadanía se ha visto obligada a actuar ante la pasividad de Esperanza Aguirre

Esperanza Aguirre sólo tiene una obsesión y, lamentablemente, no es el servicio a los ciudadanos de Madrid.
La obsesión de Esperanza Aguirre es enfrentarse al gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero.
Le da igual si el Gobierno de España hace las cosas bien o mal. En realidad eso le importa poco. Ella ha decidido a priori, sea cual sea el asunto, que lo que hace el Gobierno de España es un error y está mal hecho, y eso sin aplicar ningún criterio crítico, se opone porque sí, porque es su adversario político y eso es suficiente para decidir que no hace las cosas bien.
El problema de esta actitud es que perjudica directamente al pueblo de Madrid, al que se debe la presidenta de la Comunidad.
Afortunadamente, en Madrid hay personas activas políticamente que se preocupan del bienestar de los ciudadanos de nuestra comunidad.
Una parte de esos ciudadanos comprometidos han decidido unirse y poner en funcionamiento una red de atención a los ciudadanos en situación de dependencia a los que Esperanza Aguirre, en ejercicio de su obsesión por oponerse a Zapatero, ha privado de los derechos que la Ley de Dependencia les ha otorgado.
Esperanza Aguirre, llevada por su obsesión, priva de sus derechos a los ciudadanos de Madrid con el único argumento de que dichos derechos les son concedidos por el que ella considera su adversario, en realidad del que ella desearía, pretenciosamente que fuera su adversario.
Pero Esperanza Aguirre no ha conseguido alcanzar el nivel suficiente para enfrentarse a Zapatero, pese a sus deseos, se ha quedado muy por debajo de dicho nivel, sus correligionarios ni siquiera le conceden el derecho de medirse (probablemente para perder) con él.
Pues bien, esos ciudadanos comprometidos han puesto en marcha una red de ayuda a las personas en situación de dependencia con el fín de facilitarles la realización de los trámites necesarios para que vean reconocidos los derechos que la ley les ha concedido hace años y que el gobierno del PP en la Comunidad de Madrid pretende hurtarles, o, al menos retrasar su acceso a los mismos.
Y el PSOE , el Partido Socialista de Madrid, se ha hecho eco de la iniciativa de los ciudadanos y la ha apoyado para que su efecto sea el máximo posible.
El PSOE actúa para evitar que el gobierno de Esperanza Aguirre suprima a los ciudadanos de Madrid sus derechos.
Puedes ver los detalles de esta iniciativa ciudadana siguiendo este enlace:
http://www.psmpsoe.es/1865/se-abre-una-linea-900-para-garantizar-los-derechos-de-los-dependientes-en-madrid
 
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