viernes, 26 de febrero de 2010

Trabaja una hora para Haiti

Hace unas semanas todos estábamos sobrecogidos y emocionados con la tragedia de Haití.

Hoy la mayoría no le dedicamos más de 5 segundos al día en nuestros pensamientos.

Pero Haití, donde la vida ya era dura y la mayoría eran pobres antes del terremoto, sigue necesitándonos.

Haití necesita resolver las necesidades básicas de sus habitantes: Comida, vivienda, atención médica.

Y también necesita recuperar la dignidad de sus habitantes: Educación para que puedan tomar la dirección de sus propias vidas.

Los gobiernos de todo el mundo han hecho una reunión muy bonita y aparatosa, llena de buenos sentimientos y gran emoción, sin duda, para organizar la ayuda a Haití.

Pero mucho me temo que esa ayuda no va a servir para sacar a ese país del agujero en el que ya se encontraba antes del terremoto.

Yo propongo que cada uno de nosotros trabajemos una hora para Haití. En nuestro puesto de trabajo, pero pensando en ellos. Y que tomemos el dinero que hemos ganado en esa hora y se lo demos a alguien fiable para que se lo gaste en lo que he mencionado más arriba: Comida, Vivienda, Atención Médica, y Educación.
Y que repitamos esa operación cada mes.
Los trabajadores de todo el mundo civilizado, ¿no podemos dedicar una hora de nuestro salario al mes a devolver la vida y la dignidad al pueblo de Haití?

No olvidemos a Haití.

Y la guinda en el pastel: Las próximas vacaciones, el que pueda, que vaya a Haití

martes, 23 de febrero de 2010

22 de febrero: dia internacional por la igualdad salarial

Según diversos estudios europeos, se estima que una mujer debe trabajar un mes y veintidos días más al año para ganar lo mismo que un hombre.

Ayer, 22 de febrero, las mujeres han logrado alcanzar el volumen de ganancias que los hombres habíamos conseguido el 31 de diciembre del año pasado.

Se trata de una situación a todas luces injusta y anómala que, además de generar desigualdad entre hombres y mujeres, penaliza fuertemente la economía y la felicidad de todos, hombres y mujeres.

El próximo viernes el Consejo de Ministros del Gobierno de España aprobará la designación del 22 de febrero como día por la Igualdad Salarial.

Con los argumentos anteriores como punto de partida, el grupo socialista en el Congreso de los Diputados (y Diputadas, como apuntaba Rafaela Pastor) organizó ayer una Jornada Parlamentaria por la Igualdad Salarial a la que tuve la suerte de asistir.

La práctica totalidad de las intervenciones han coincidido en su postura respecto a este asunto, por lo que he decidido hacer un resumen de la Jornada, que podeis leer a continuación, sin distinguir el autor de cada fragmento con el fín de darle una legibilidad más simple.

La brecha salarial en Europa entre hombres y mujeres es del 17%.

La tasa de ocupación de la mujer baja entre las que tienen hijos a su cargo, mientras que en el caso de los hombres en la misma situación, dicha tasa sube.

La mayor parte de la brecha salarial se debe a los complementos que se pactan fuera de las negociaciones salariales.

Las mujeres tienen una mayor tasa de temporalidad en sus contratos de trabajo.

Un 33% de las mujeres trabajan a tiempo parcial frente a un 8% de los hombres.
Eso significa que la conciliación entre la vida laboral y familiar la soportan íntegramente las mujeres.
Para corregir esa anomalía es preciso avanzar en la Co-responsabilidad.

La discriminación de la mujer se puede explicar por razones historicas, pero la brecha salarial no, porque la incorporación de la mujer a la actividad laboral retribuida es relativamente reciente.

La independencia económica es el eje de la libertad individual, y esa libertad individual de la mujer es la que se dificulta con la brecha salarial.

La discriminación salarial desactiva el interés de la mujer por incorporarse al mundo laboral retribuido.

Hacen falta personas singulares que desde sus puestos de responsabilidad actuen para combatir la brecha salarial.
Alguien dijo que las únicas revoluciones que permanecerán son las revoluciones personales, aquellas que cada uno de nosotros realizamos al creernos de verdad las ideas y llevarlas a la práctica.

La incorporación de 8 millones de trabajadores nuevos (más de la mitad mujeres) desde 1994 y la llegada de inmigrantes han supuesto la mayor transformación del mercado laboral en España.

Pese a afirmar que la brecha salarial acabará desapareciendo de forma natural con la evolución de la sociedad, el representante de la CEOE sostiene que para resolver la discriminación son necesarias medidas educativas que cambien las actitudes culturales y sociales contrarias a la igualdad, porque no basta con aprobar leyes de igualdad y que las entidades sociales y empresariales tengan la voluntad de resolverlo para que la brecha desaparezca.

El peso importante de la antigüedad en el cálculo de los salarios explica en parte la brecha salarial según el representante de la CEOE, por lo que una política retributiva que rebaje la importancia de la antigüedad y aumente la de los méritos y la consecución de objetivos favorecerá la igualdad.
Equilibrar la tasa de actividad entre ambos sexos es la clave para la sostenibilidad de la Seguridad Social.

La economía sumergida genera más desigualdades que la economía oficial.

Uno de los aspectos del acuerdo recientemente firmado entre la patronal y los sindicatos es el desarrollo de planes de igualdad como prolongación de acuerdos y planes anteriores consecuentes a la ley de igualdad del 2007.

El abuso del tiempo parcial puede deteriorar más las condiciones laborales, ahondando la brecha salarial al afectar más a las mujeres.

No se puede dejar la organización del trabajo únicamente en manos de las direcciones de las empresas, es preciso que los sindicatos vayan más alla de ejercer una función meramente consultiva para contribuir a facilitar la conciliación entre la vida laboral y la personal.

Para la empresa, un hombre con hijos es una garantía de fidelidad, mientras que una mujer con hijos representa un problema.

El abuso en España de la contratación temporal limita la eficacia del contrato a tiempo parcial.

La brecha en las pensiones entre hombres y mujeres duplica a la brecha salarial entre los trabajadores y las trabajadoras en activo.

Las mujeres no se resignan a aceptar la organización del trabajo propuesta por las empresas actualmente. Su influencia será beneficiosa en la racionalización de los horarios.

La Revolución Industrial estableció los roles de hombres y mujeres: los hombres se ocuparían del trabajo remunerado y las mujeres del trabajo doméstico.

Un hombre inactivo suele ser un jubilado, mientras que una mujer inactiva suele ser alguien que trabaja únicamente en su casa sin remuneración.

La mujer es hoy la principal beneficiaria de las pensiones no contributivas, ya que ha tenido menos oportunidades de realizar un trabajo remunerado.

Existe en la actualidad un programa dotado con 1058 millones de euros para el desarrollo de la educación de 0 a 3 años, algo que contribuirá a ayudar a la conciliación de la vida familiar y laboral para los padres y madres de niños en esa franja de edades, actualmente no cubiertas completamente.
Es preciso desarrollar un nuevo modo de organizar el uso del tiempo.

Debemos incorporar la sostenibilidad de género como uno de los aspectos de la economía sostenible.

La mayoría de las encuestas oficiales actuales no toman en consideración la desagregación de los datos por sexo. Esto dificulta el análisis preciso de la situación de las mujeres y, en consecuencia, la resolución de los problemas existentes.

La afirmación de que la brecha salarial desaparecerá de forma natural es errónea y engañosa.

La diferencia que existe entre el salario pactado y el realmente percibido contribuye a incrementar la brecha salarial.

La desigualdad es, sobre todo y en primer lugar, un problema de competitividad económica, porque es utilizado por las empresas para reducir sus costes salariales.

No se debe hablar de conciliación, sino de co-responsabilidad.

La discriminación salarial supone desaprovechar mucho talento en la economía de un país.

La actual crisis supone un riesgo que puede retrasar la consecución de la igualdad si no intervenimos.

La igualdad se puede analizar también desde el punto de vista de los beneficios que proporciona a las empresas y a la economía en general:


  • mejora el ambiente laboral

  • mejora el aprovechamiento de los recursos disponibles

  • proporciona una mayor productividad y

  • mejora la imagen de la empresa

El discurso ideológico no es suficiente, en realidad es poco útil, para la reducción de la brecha salarial. Es preciso realizar propuestas sobre la base del conocimiento del funcionamiento del mercado laboral.


Es preciso que cada reforma legislativa y cada decisión acordada en las negociaciones colectivas lleven aparejado un análisis de su impacto en la situación salarial y laboral de las mujeres.


Por ejemplo, el convenio de los pilotos de Iberia prevé el paso automático a un nivel retributivo superior sobre la base del número de horas de vuelo realizadas en los dós últimos años. Esta medida discrimina a las mujeres que, en el caso de la que tenga dos hijos, perderá durante su vida laboral dos subidas de nivel respecto a sus compañeros masculinos debido a la imposibilidad de volar durante una parte del embarazo y el permiso de maternidad. Es curioso que a los pilotos destinados temporalmente a labores de oficina no se les aplique dicha restricción.


La opacidad de los datos salariales en España supone una dificultad a la hora de analizar la desigualdad salarial y actuar en su solución.


Uno de los colectivos más castigados por la discriminación laboral y salarial es el de las trabajadoras del servicio doméstico. Además de su integración en el régimen general de la Seguridad Social, sería conveniente modificar la regulación de su trabajo puesto que la actualmente en vigor es perjudicial para ellas.


Durante el presente año, 2010, está previsto realizar una evaluación de los resultados y el grado de cumplimiento de la Ley de Igualdad.


Todo el contenido de la Jornada está disponible en el canal de Youtube de la Organización Sectorial de Participación Ciudadana del PSOE


martes, 16 de febrero de 2010

El disparate del proceso a Garzón por investigar los crímenes del franquismo

El Tribunal Supremo de España está tramitando una denuncia contra el juez Garzón presentada por un grupo político procedente del régimen franquista, acusándole de haber cometido prevaricación al juzgar los crímenes del franquismo.

Al parecer podría haber argumentos jurídicos que avalarían la denuncia sobre la base de las leyes en vigor.

Como comenta hoy José María Ridao en El País, en este caso podría existir una contradicción entre lo legalmente correcto y lo moralmente correcto.

¿Es moralmente aceptable que un partido como Falange, protagonista principal del franquismo, contrario al ordenamiento jurídico actual de España, pueda utilizar esas leyes que rechaza para atacar a un juez que pretende juzgar el franquismo?

Baltasar Garzón es un juez especial.
Es el juez más famoso de España, y probablemente del mundo entero.
A él le gusta, al parecer, ser famoso, y lo promueve.

Existen muchas críticas por parte de sus compañeros, algunas, al parecer bien fundadas, respecto a sus métodos, y también respecto a la relación entre éstos y sus ambiciones.

Yo no tengo información ni conocimientos suficientes para juzgar sobre estas críticas, aunque todo lo que he leido sobre el tema me ha llevado a matizar mi admiración hacia él derivada de lo que a través de los medios de comunicación he conocido de sus hazañas judiciales, fraguada (mi admiración) sobre su lucha en pos de la justicia universal, tanto en España como en el plano internacional.

Tampoco es ésto lo más importante en el asunto que nos ocupa.

Independientemente de los argumentos jurídicos, rechazo frontalmente la posibilidad de que un juez que ha intentado hacer justicia en relación con los crímenes del franquismo, pueda resultar sancionado por ese intento.

En las acciones del franquismo durante sus cuarenta años de vigencia ha habido unos agresores, a los que me gustaría que se llamara por su nombre de delincuentes, y unas víctimas de sus agresiones, que tienen derecho a ser resarcidos. Muchas de esas víctimas no pueden defenderse porque los agresores les quitaron todo al arrebatarles la vida.

Que un juez trate de encontrar en los vericuetos de las leyes en vigor un camino para hacer justicia castigando a dichos agresores y resarciendo a las víctimas, me parece muy positivo.

Sería un disparate que la justicia en España acabara castigando al juez que trata de hacer justicia respondiendo a una iniciativa de los propios delincuentes a los que persigue, o de sus sucesores.

No sé cuál es la fórmula jurídicamente válida para evitar ese disparate.

Pero las instituciones españolas tienen la obligación de encontrar dicha fórmula y aplicarla para evitar una injusticia que, además de ser un disparate, puede dejarnos en ridículo ante la comunidad internacional para regocijo de los nostálgicos del franquismo.

Garzón, somos muchos, mayoría sin duda, los que estamos contigo en este asunto.

martes, 9 de febrero de 2010

¿Debemos aceptar las normas de los gurus económicos mundiales?

La Brunete mediática y económica mundial exige ortodoxia económica (es decir liberalismo económico puro y duro) a los gobiernos de todo el mundo.

Los gobiernos socialistas realistas saben, desde Felipe González, que para poder repartir riqueza primero hay que crearla y se ven obligados a plegarse a dichas exigencias.

Pero es legítimo defender otro modelo, rechazar la demonización del déficit público y el camino único para la salida de la crisis.

Hay otras opciones más acordes con las ideas progresistas y tenemos la obligación de defenderlas.

lunes, 8 de febrero de 2010

La economía sumergida es INSOLIDARIDAD

¡Basta ya de condescendencia!
La economía sumergida es insolidaridad pura y dura.
No podemos sentir empatía con alguien que se aprovecha de los impuestos que pagamos todos, los trabajadores que gozamos de una posición razonablemente acomodada y los trabajadores que apenas consiguen llegar a fín de mes.
A ese fontanero que nos pregunta si queremos factura, a esa empleada del hogar que dice que no quiere que la den de alta, a ese comerciante que nos pregunta si queremos recibo, a ese propietario de bar que no hace contrato a sus camareros o a su cocinero porque la cosa no da para más, el trabajador que cobra un sueldo, sea alto o bajo, fijo o intermitente, le está pagando el autobús, el metro, el médico, el colegio de sus hijos, y tantas otras cosas.
Esas personas que viven en la economía sumergida son insolidarias.
Y la única reacción que deberíamos tener hacia ellas es la de exigirles que cumplan con su obligación de ciudadanos y paguen sus impuestos.
Esos sí son ilegales, y no los inmigrantes.
Una sociedad que admite esta situación y hasta sonríe en ocasiones al presenciarla en directo, está propiciando que se perpetúe.
Ante la economía sumergida TOLERANCIA CERO.
Deberíamos exigir estar al corriente de pago de todos nuestros impuestos para tener derecho a votar.
A quien se comprueba que ha defraudado a hacienda voluntariamente se le debería suspender el derecho a voto.

jueves, 4 de febrero de 2010

Las últimas canciones del concierto de los ayuntamientos

Cuando acudimos a un concierto para escuchar y ver a uno de nuestros cantantes favoritos, llega un momento del concierto, hacia la segunda parte del mismo, cuando faltan sólo unas pocas canciones, en el que podemos hacer una valoración del concierto. Ya sabemos si ha sido bueno o malo, si el artista ha logrado conectar con nuestra alma, si ha merecido la pena, si saldremos del concierto mejor de lo que hemos entrado.

El año que viene hay elecciones autonómicas y locales.

El equipo político que gobierna nuestro ayuntamiento ya ha interpretado la mayor parte de su repertorio. Y nosotros, con el programa que nos dieron a la entrada en la mano, podemos empezar a valorar la calidad de lo que nos han brindado.

Dentro de unos meses los partidos empezarán a preparar sus candidaturas y sus programas electorales para la siguiente legislatura.

Y poco antes de las elecciones empezarán a hacer balance y a lanzar todo su arsenal de marketing político, en el sentido positivo de la expresión, para convencernos de que su opción es la mejor para el período que se avecina. Nos pedirán que sancionemos el pasado y valoremos las expectativas de futuro.

Pero ahora, en este mismo instante, ya hay elementos suficientes para valorar la calidad del trabajo realizado, tanto por parte de los gobiernos, como por parte de la oposición.

La valoración final, la decisión del sentido de nuestro voto, la podemos tomar en el último momento. Pero el proceso de formación de dicha decisión, debería ser el resultado de una reflexión tranquila y bien fundamentada que debería empezar de modo intenso ahora.
Es este un momento muy importante en la vida democrática al que no siempre damos el valor que se merece.

Tomemos el programa electoral de cada partido y analicemos, a la vista de los resultados, cual es el grado de cumplimiento de los compromisos de cada uno.
Valoremos las dificultades encontradas que puedan justificar los incumplimientos.
Identifiquemos las oportunidades perdidas que hubieran podido mejorar los resultados.
Exijamos a los partidos y a los medios de comunicación que nos proporcionen la información necesaria para hacer nuestro análisis.

Hagamos este ejercicio ahora, cuando la lejanía de las elecciones nos proporciona el sosiego necesario para ver las cosas claras y sin las exageraciones propias de la campaña electoral.

Lleguemos a la campaña electoral con una posición informada de modo solvente, seamos dueños de nuestros razonamientos y por tanto soberanos.

La Jornada de Reflexión es AHORA

Quedais citados para realizar este ejercicio, en el ámbito de Leganés, aquí mismo, a partir de este instante y durante las próximas semanas.

lunes, 1 de febrero de 2010

¿Por qué nos quieren retrasar la edad de jubilación?

Porque con las estimaciones actuales, dentro de algunos años no habrá dinero suficiente para pagar las pensiones de jubilación.
Las pensiones a los jubilados las paga la Seguridad Social con el dinero que recauda de las cuotas de los trabajadores en activo.
La suma de todo lo pagado cada año a los pensionistas debe ajustarse aproximadamente a lo recaudado.

Únicamente con el objetivo de simplificar el razonamiento, podemos considerar que en el cálculo del importe de las pensiones intervienen tres variables que hay que ajustar entre sí:
  • El importe total recaudado
  • El número total de pensionistas
  • El importe medio de la pensión de cada pensionista
El importe total recaudado depende básicamente del número de trabajadores que cotizan a la Seguridad Social.

El número total de pensionistas es la suma del número de pensionistas del año anterior menos los fallecidos más los nuevos jubilados del último año. Como la esperanza de vida aumenta, el número total de pensionistas tiende a aumentar.

El importe medio de la pensión se calcula en función del importe medio del año anterior ponderado con el importe medio de los nuevos jubilados, que depende, en los cálculos actuales, de lo que hayan cotizado en los últimos años.

El Gobierno puede intervenir en la primera variable de forma indirecta mediante una política económica que cree empleo. La influencia del gobierno en sobre esta variable es limitada a corto plazo, y moderada en el medio y largo plazo.
Por otro lado, en este terreno el Gobierno se enfrenta a la reducción constante de la cantidad de empleo necesaria para producir riqueza, gracias al progreso tecnológico, por lo que se ve obligado a conseguir un crecimiento económico mínimo para mantener el nivel de empleo constante, y alcanzar ritmos de crecimiento muy elevados para poder aumentar el nivel de empleo.

En la segunda variable, el Gobierno únicamente puede intervenir reduciendo el número de nuevos jubilados, para lo cual debe retrasar la edad de jubilación, tanto de los jubilados "ordinarios", como de los "prejubilados". El problema de esto es que no se liberan sus puestos de trabajo para ser ocupados por otros trabajadores más jóvenes, con lo que aumenta el paro y las necesidades de proporcionar a esos parados recursos para subsistir.

En la tercera variable, el Gobierno puede intervenir cambiando las reglas para calcular el importe de las pensiones (por ejemplo, aumentando el número de años que se toman como referencia para dicho cálculo)

El Gobierno debe mantener el equilibrio de las cuentas de la Seguridad Social de modo permanente. Para ello, debe ir modulando las tres variables anteriores, manteniendo al mismo tiempo un fondo de reserva que permita disponer de recursos para pagar las pensiones en los años de crisis en los que desciende la recaudación. En consecuencia, como regla general, el total pagado a los pensionistas cada año debe ser igual o inferior a lo recaudado.

En ocasiones se producen fenómenos excepcionales que cambian de modo significativo una de las variables.

La llegada masiva de inmigrantes a España en los últimos años ha aliviado el problema temporalmente porque ha aumentado de forma significativa el número de trabajadores sin aumentar en la misma proporción el número de pensionistas. Únicamente han venido trabajadores inmigrantes, los pensionistas se han quedado en su país.

Sin embargo, esta situación tiene un límite. España no puede absorber un número creciente de inmigrantes de modo permanente, y los inmigrantes que llegan hoy, van acumulando derechos a su pensión que ejercerán dentro de unos años cuando se jubilen.

El Gobierno, al tener un mandato de sólo 4 años, podría caer en la tentación de no tomar en cuenta la necesidad de asegurar las pensiones a largo plazo.
Pero, desde que todos los partidos y agentes sociales firmaron el pacto de Toledo, hace ya muchos años, todos los gobiernos de España se han preocupado de este asunto, aunque ninguno, hasta ahora ha tomado medidas concretas por su impopularidad.

El Gobierno del PSOE se anticipa al problema del sistema de pensiones, que se presentará dentro de diez o veinte años. El problema parte de la constatación de que si mantenemos las reglas actuales, el importe recaudado de las cotizaciones de los trabajadores no será suficiente para pagar las pensiones de los jubilados. Es necesario hacer algo, ya sea para aumentar la cantidad recaudada o para disminuir la cantidad pagada a los pensionistas.
Como no es realista pensar que se puede aumentar la cantidad recaudada, porque para ello habría que aumentar el importe de lo que cotiza cada trabajador o el número de trabajadores, ambas cosas difícilmente al alcance de los gobernantes, la solución propuesta consiste en reducir el importe pagado a los pensionistas con las mediante dos medidas:
  • Retrasar la jubilación en dos años, con lo que reducen el número de pensionistas en una cantidad igual al de personas que se jubilan durante dos años.
  • Aumentar el número de años que se tomarán como base para calcular el importe medio de la mensualidad que percibirá cada trabajador, con lo que se reducirá el importe medio percibido por los pensionistas.

Estando de acuerdo con la necesidad de actuar, y de hacerlo ya, yo creo que hay que buscar otros procedimientos. En particular, no creo que el retraso en la edad de la jubilación tal como se ha propuesto sea la solución adecuada.

Es evidente que la medida de retrasar la edad de jubilación no va a aumentar el número de trabajadores, porque dicho número depende de las necesidades de la economía, que a su vez dependen del PIB (la cantidad total de riqueza producida) y de la productividad (la cantidad de empleos que se necesitan para producir cada unidad de riqueza).

El retraso propuesto no tiene ningún efecto significativo en las dos variables citadas. En consecuencia, si se mantiene el número de trabajadores, el retraso en la jubilación supondrá un aumento del número de parados. Esto tendría un efecto negativo en las expectativas laborales de los ciudadanos españoles y probablemente en la productividad puesto que se sustraería del mercado de trabajo a las personas que se encuentran en el momento más eficaz de su vida.

En definitiva el resultado de la medida propuesta, es como si se desplazara dos años hacia arriba la edad de incorporación al trabajo, dejando dos años vacíos entre la edad de finalización de los estudios y la de la incorporación al trabajo.

No se puede tomar una medida de ese calado sin proponer una alternativa para llenar esos dos años.

Me parece muy positivo que el Gobierno haya tomado la iniciativa para lanzar el debate.

Es difícil encontrar medidas alternativas con un efecto similar a las propuestas por el Gobierno.

Todas las fuerzas políticas, así como los agentes sociales, deberían estar esudiando sus propias propuestas con el fín de encontrar entre todos las que resulten mejores, en lugar de limitarse a criticar las del Gobierno sin más.

Por mi parte, propondría una alternativa basada en un conjunto de medidas complementarias entre sí:

  • Establecer durante los años previos a la jubilación una reducción paulatina de la jornada laboral acompañada de la correspondiente reducción de los ingresos, manteniendo éstos en cualquier caso por encima de la correspondiente pensión de jubilación que correspondería al trabajador.
  • Establecer, en la misma medida, la posibilidad de contratar a tiempo parcial a trabajadores que necesiten compaginar su vida laboral y su vida personal. Por ejemplo, trabajadores con hijos pequeños, o que estén realizando algún tipo de estudios. Dependiendo de las motivos y la situación de cada uno, el Estado podría complementar los menores ingresos de dichos trabajadores con aportaciones en función de los hijos, etc.
  • Reducir progresivamente la jornada laboral para absorber el incremento de la productividad como consecuencia de los avances tecnológicos.
  • Si las medidas anteriores nos acercan a una situación de pleno empleo, proponer, entonces sí, la prolongación de la vida laboral, estudiando los sectores en los que ello fuera viable.

Se trata, evidentemente de unas pocas ideas insuficientemente desarrolladas en sus detalles e impacto sobre el sistema de pensiones, pero considero que son útiles como punto de partida para este transcendental debate al que todos deberíamos aportar nuestro grano de arena.

Si el debate se desarrolla en nuestra sociedad, estoy convencido de que volveré a escribir sobre el tema aportando nuevas ideas sobre la base de lo que entre todos vayamos construyendo.

 
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