martes, 26 de julio de 2011

No necesitan enemigo

Hay mucha gente que no se implica, ni con el movimiento #15M ni con los movimientos políticos anteriores, ya sean partidos políticos u otras organizaciones ciudadanas, sindicales ONG, etc.

Para ellos el movimiento #15 M es una estupenda ocasión de jalear sin compromiso a los que critican lo existente.

Criticar sin proponer es muy agradable, intelectualmente satisfactorio porque te pone en paz con tu insatisfacción y emocionalmente tranquilo porque no necesitas pensar en la solución.

Entre ellos se encuentran muchos periodistas, de esos que observan la realidad con una cierta altivez, desde su atalaya de superioridad.

Para los que se implican en el movimiento #15M hay también una pequeña trampa que lo hace todo más fácil. Consiste en pensar que antes de ellos no había nada, nadie que defendiera valores, nadie que defendiera la justicia, nadie que luchara por el bien común. De ese modo, pueden considerar que, salvo ellos, todos los demás estaban o bien dormidos o bien sometidos a intereses inconfesables.

Para los que en algún momento anterior al 15 de mayo de 2011 habíamos decidido implicarnos en la lucha por mejorar las cosas, por corregir los errores, por defender los valores de justicia, libertad, igualdad, eficacia, equidad, protección del más débil, etc., la llegada del movimiento #15 M ha sido una bendición. Ver a tanta gente movilizarse es muy estimulante y muy agradable. Únicamente nos hacemos una pregunta: ¿Canto durará? ¿Será algo pasajero?

Hay gente que trata de encontrar, frente al movimiento #15M, el correspondiente adversario, ese enemigo al que enfrentarse, el que justifica sus acciones y su lucha.

Creo que ese esfuerzo es muy pernicioso porque desvía la atención de aquello que importa.

Lo verdaderamente importante no es a quién va a derrotar el movimiento #15M (o quién va a derrotar a ese movimiento)

Lo verdaderamente importante es conseguir avances, cambiar las cosas, alcanzar una práctica política mejor, que tenga más en cuenta los puntos de vista de los ciudadanos, que permita una mayor participación y que el ciudadano responda implicándose de verdad.

Y en esa lucha nos van a encontrar a muchos. Muchos que hemos optado por otras vías pero que buscamos el mismo objetivo.

No nos obsesionemos con el adversario, pensemos únicamente en lo que queremos cambiar y aceptemos la colaboración de todos los que buscan lo mismo

sábado, 9 de julio de 2011

Llegar hasta el final de la legislatura

Soy partidario de llegar hasta el final de la legislatura en España sin adelantar las elecciones generales.

En primer lugar porque soy partidario de la normalidad, anunciar lo que se va a hacer, hacerlo y decir que se ha hecho. Los votantes eligieron a los actuales diputados para cuatro años y sólo circunstancias muy excepcionales deberían llevar a acortar ese plazo.
Circunstancias que entiendo que no se dan, porque ¿Que mejoraría en estos momentos si entrara un nuevo gobierno en España? El ejemplo de Portugal nos muestra que incluso con un gobierno de derechas la presión sobre la deuda sería la misma, porque no es una cuestión de confianza, sino de especulación.

Por otro lado, creo que Rubalcaba necesita tiempo para construir su perfil como candidato y su proyecto de cara a las elecciones.
Si se adelantaran las elecciones la primera palabra de su fórmula, "Escuchar", sería imposible de cumplir, porque no daría tiempo a incluir lo que escuche en su proyecto.

Por tanto, tanto en defensa de la normalidad como en defensa del mejor desarrollo posible de la construcción del proyecto del PSOE con Rubalcaba al frente, defiendo llegar hasta el final de la presente legislatura


-- Desde Mi iPad

Rubalcaba, Twitter y Escuchar

Dice la fórmula Rubalcaba:
Escuchar
Hacer
Explicar

Y para hacer honor a su lema, ha creado una cuenta en Twitter.

Una cuenta que le debería permitir Escuchar y Explicar.

Ha sido sincero, no la va a llevar él directamente, la va a llevar un equipo de colaboradores y así lo han manifestado.

Una sugerencia, Alfredo:
Si de verdad quieres aprovechar Twitter y tomártelo en serio, establece una rutina diaria, preferiblemente entre dos y cuatro veces al día, para dedicar, de modo estable, media hora cada vez a analizar lo que ha dado de sí la cuenta en Twitter.

Deberías hacerlo juntando a una parte del equipo de Twitter con tu equipo más cercano de colaboradores y en tu presencia.

Es lo mínimo que nos merecemos los que vamos a estar hablando contigo, diciéndote cosas, haciendo propuestas y escuchando tus argumentos a través de este canal.

Y además, es la forma de ser realmente eficaz, rentabilizando al máximo la participación y estimulándola. Haciendo de la escucha activa una forma de hacer política.

No para sacar la media de lo que dice la gente, sino para construir tu proyecto desde tu reflexión pero teniendo en cuenta lo que se dice por aquí.


martes, 5 de julio de 2011

Indignados con los periodistas

A propósito del artículo publicado hoy en El País por la defensora del lector con el título "Indignados con los periodistas".

Observo con decepción que el análisis de la indignación, en el que participan tres reputados y respetados periodistas, además de la autora, se centra en la mayor o menor pertinencia de la crítica del movimiento #15M al modelo del periodismo de intermediación frente al basado en Internet y en la relación directa entre la información y el lector sin intermediarios.
Percibo al leer el artículo de referencia a personas que rechazan ver lo que no les gusta y desvían, intencionada o inconscientemente, la crítica recibida hacia un territorio que les resulta mas cómodo.
Porque lo que disgusta a los lectores, a muchos lectores, estemos en el movimiento #15M de un modo muy activo o no, no es la existencia del periodismo, sino la forma en que éste se ejerce, con unas líneas editoriales tan marcadas y sesgadas, que es totalmente predecible qué noticias va a destacar cada medio y cómo la va a abordar.
Lo que nos disgusta a muchos es la falta de independencia, pluralidad y de libertad de los medios de información.
Nos disgusta que desde los medios de comunicación se fuerce la agenda publica retorciendo la actualidad, hurtando lo que es importante para destacar lo que responde a los intereses de la línea editorial correspondiente.
Nos disgusta la manipulación, a veces burda y muchas veces disimulada aunque no menos malintencionada, que nos dificulta forjar una opinión publica objetiva e informada.
Nos disgusta la sobrevaloración de las malas noticias, especialmente en el terreno de la política, que los medios publican casi con deleite obviando la crónica de la casi totalidad de acciones positivas.
En su ensayo "Indignaos", Stephane Hessel pone como referente de la necesidad actual de implicarse e indignarse el programa propuesto por el Consejo Nacional de la Resistencia. La democracia, dice aquel programa de la Resistencia Francesa, necesita una prensa independiente, y defiende la libertad de prensa, su honor y su independencia del estado, de los poderes del dinero y de las influencias extranjeras.
Ése es el ideario del #15M en materia de periodismo, y el alejamiento de esos principios es lo que le lleva a indignaras con los periodistas españoles de hoy.
Considero injusta la afirmación de que todos los políticos son iguales, injusta y perniciosa.
Algo de responsabilidad en la asunción por parte de muchos de dicha afirmación les corresponde a los periodistas.
No voy a hacer yo, aquí la afirmación de que todos los periodistas son iguales, pero la generalización abrumadora de las prácticas expuestas anteriormente pueden llevar a mucha gente a asumirla como propia.
Un poco de autocrítica real habría contribuido a rechazaría, pero en el artículo al que me refiero solo figura, al final del mismo, y como una afirmación general y casi anecdótica para el tema tratado, una breve mención que pudiera parecerse a la autocrítica.
Para la calidad de nuestra democracia necesitamos una prensa mejor que la que tenemos, y los periodistas deberían ser los primeros en esforzarse por conseguirla.

 
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