Hace unas semanas todos estábamos sobrecogidos y emocionados con la tragedia de Haití.
Hoy la mayoría no le dedicamos más de 5 segundos al día en nuestros pensamientos.
Pero Haití, donde la vida ya era dura y la mayoría eran pobres antes del terremoto, sigue necesitándonos.
Haití necesita resolver las necesidades básicas de sus habitantes: Comida, vivienda, atención médica.
Y también necesita recuperar la dignidad de sus habitantes: Educación para que puedan tomar la dirección de sus propias vidas.
Los gobiernos de todo el mundo han hecho una reunión muy bonita y aparatosa, llena de buenos sentimientos y gran emoción, sin duda, para organizar la ayuda a Haití.
Pero mucho me temo que esa ayuda no va a servir para sacar a ese país del agujero en el que ya se encontraba antes del terremoto.
Yo propongo que cada uno de nosotros trabajemos una hora para Haití. En nuestro puesto de trabajo, pero pensando en ellos. Y que tomemos el dinero que hemos ganado en esa hora y se lo demos a alguien fiable para que se lo gaste en lo que he mencionado más arriba: Comida, Vivienda, Atención Médica, y Educación.
Y que repitamos esa operación cada mes.
Los trabajadores de todo el mundo civilizado, ¿no podemos dedicar una hora de nuestro salario al mes a devolver la vida y la dignidad al pueblo de Haití?
No olvidemos a Haití.
Y la guinda en el pastel: Las próximas vacaciones, el que pueda, que vaya a Haití
viernes, 26 de febrero de 2010
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