miércoles, 21 de octubre de 2009

El empleo y la creación de riqueza

"Sin empleo no hay creación ni distribución de riqueza" dijo hace unos días Josep Antoni Durán i Lleida durante el debate sobre los presupuestos generales del estado para el año próximo.
Esta frase encierra dos afirmaciones, ambas equivocadas según he constatado en la realidad de los últimos años.
Vamos por partes:
En primer lugar decir que sin empleo no hay creación de riqueza es ignorar la realidad que vamos constatando cada día: La riqueza obtenida mediante la producción de bienes, ya sean agrícolas o industriales, requiere cada vez menos mano de obra. No es cierto que necesitemos empleo para crear riqueza, en realidad, cada día necesitamos menos empleo para producir riqueza.

En segundo lugar, decir que sin empleo no hay distribución de riqueza es ignorar que cada día hay más ciudadanos pasivos (jubilados, estudiantes, parados en busca de empleo y no activos que no buscan empleo). Y todos ellos reciben una parte de la riqueza producida gracias a diversos mecanismos, por un lado los establecidos por el estado: pensiones de jubilación, subsidios por desempleo, asignaciones de integración, etc. y por otra los propios de la sociedad actual: vínculos familiares, ONG, etc. Todo ello sin contar con los servicios públicos gratuitos o subvencionados: Sanidad, Educación, Transporte público, Justicia, etc.

Si lo que quiere decir es que, entre la población activa, hoy en día los políticos y economistas no han encontrado otro medio de distribuir la riqueza que el empleo, y que presos de esa autolimitación, se ven obligados a tratar de proporcionar un empleo a cada persona en edad de trabajar, pese a que el progreso social tiende a reducir el número de trabajadores activos necesarios para producir la riqueza necesaria, entonces podemos aceptarlo, pero decir que el empleo es una necesidad para la distribución de la riqueza es una afirmación anacrónica que sólo fué cierta en la época posterior a la revolución industrial, en la conquista del Oeste americano, y en los países que acaban de salir de una guerra.

Evidentemente, todo lo que se afirme a continuación de esta frase introductoria, es equivocado dado que la premisa inicial lo es.

¿Quién será el primer político de un partido importante que se atreva a defender estas afirmaciones?

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