sábado, 31 de diciembre de 2011

El primer ajuste de Rajoy

Mariano Rajoy ha dicho algo concreto por primera vez desde que fué señalado candidato por su jefe, José María Aznar, hace ocho años.

Y sus primeros anuncios concretos, ya como presidente del gobierno, suponen una reducción de los gastos del gobierno que afectan, entre otras muchas cosas:
  1. A los dependientes, una gran parte de los cuales no podrán acceder durante el año 2012 a las ayudas legalmente aprobadas por el parlamento.
  2. A los pensionistas, a los que les sube el sueldo un 1%, cuando la inflación ha sido más de dos veces esa cifra
  3. A los trabajadores con menor salario, que verán su referencia, el Salario Mínimo, congelado durante este año con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo. Algo que afecta no sólo a los trabajadores que cobran el Salario Mínimo, sino a muchos más cuyo sueldo se define y evoluciona con referencia al mismo, así como a todos los trabajadores que cotizan a la Seguridad Social el mínimo, que verán sus cuotas, congeladas este año, algo que reducirá su pensión de jubilación en el futuro.
  4. A los funcionarios, que verán sus sueldos congelados, lo que supone una bajada real del 2,4%
  5. A los investigadores del sector público, que verán sus fondos rebajados significativamente.
  6. A los parados y trabajadores interinos de la Administración, que verán disminuir sus posibilidades de encontrar empleo al congelarse la contratación de nuevos trabajadores públicos salvo excepciones.
  7. A los empresarios y trabajadores del sector de las obras públicas, cuya actividad se verá dramáticamente reducida.
  8. Etc.
También suponen una subida de impuestos. Por fín el PP ha aceptado que el equilibrio de las cuentas del estado se  alcanza sumando y restando, no únicamente restando.

Algunas de las subidas de impuestos son razonables: 
  1. Subir el IRPF, que es un impuesto directo y proporcional, por tanto positivo de cara a la redistribución mas justa de la renta, parece razonable. Sin embargo, debería haber sido más generoso para los tramos más bajos, con el fín de no penalizar más a quien está soportando el grueso de la presión fiscal. Claro que si se hubiera limitado a subirlo a las rentas más altas su efecto recaudador habría sido mínimo.
  2. Subir el IBI, únicamente a la mitad de las viviendas, las de mayor valor, también parece razonable, por la misma razón anterior, aunque también aquí se pueden dar algunos casos injustos.
  3. Subir las rentas del capital, también de modo progresivo, resulta igualmente razonable, aunque algo insuficiente. Al comparar la carga impositiva, los trabajadores siguen llevándose la peor parte, muy por encima de los que viven de las rentas del capital. Es cierto que en este terreno los aumentos mayores suelen dar como resultado cambios por parte de los contribuyentes para eludir los impuestos.
Echo de menos varias medidas importantes en el terreno de la subida de impuestos:
  1. El impuesto de sociedades, cuyo tipo de referencia es el 30%, pero cuyo tipo real, después de aplicadas las subvenciones, exenciones y demás "...ones" ronda el 10%. Algo que es un escándalo. En primer lugar porque resulta flagrantemente injusto al compararlo con la presión fiscal sobre los trabajadores a sueldo. Y en segundo lugar porque supone un agravio comparativo muy grande respecto al resto de Europa, donde las empresas contribuyen al erario público de forma mucho más generosa. 
  2. Un impuesto especial a las entidades financieras sobre sus beneficios, para que destinen más dinero al sostenimiento del Estado, que garantiza su estabilidad y funcionamiento, y menos a pagar sueldos millonarios a sus dirigentes.
  3. Un esfuerzo mayor y más decidido en la lucha contra el fraude fiscal, algo que supone la mayor muestra de insolidaridad de un ciudadano.
  4. Una esfuerzo mayor de pedagogía para explicar nuestra excesivamente baja presión fiscal comparada con nuestros socios europeos. Estamos unos 7 puntos por debajo de la media del Euro y no podemos pretender una mayor unión económica, algo que nos beneficia, si no nos homologamos fiscalmente con ellos.
Finalmente, aunque sin duda es lo mas importante, llego a la pregunta clave:

¿Para qué se toman estas medidas económicas?

La prioridad principal es el empleo. ¿Alguien puede decir cuánto empleo se va a crear con estas medidas?
Os lo voy a decir: CERO PATATERO.

Otro objetivo anunciado es lograr en el futuro un crecimiento sostenido y sostenible, para lo cual hay que cambiar el modelo productivo. Y eso pasa por invertir más en educación y en investigación. 
¿Alguien puede decirme qué medidas de las propuestas por el gobierno van a favorecer el cambio de modelo productivo? Desde luego no será la de aumentar la deducción por compra de vivienda, que supone estimular, de nuevo, el sector inmobiliario. Y tampoco la de reducir la inversión pública en Investigación y Desarrollo.

En realidad, el único objetivo apuntado por estas medidas es la reducción del déficit público para ajustarlo a lo demandado por el Banco Central Europeo.

Y ¿del crecimiento y dinamización de la economía para mejorar las perspectivas de la gente? ¿hay alguna medida de estímulo que vaya en este sentido?

Tiene razón Rubalcaba cuando dice (http://www.publico.es/dinero/414784/rubalcaba-el-ajuste-nos-lleva-a-la-recesion) que este ajuste nos lleva a la recesión, nos condena a no salir de la actual situación en mucho tiempo.

No sabeis cómo deseo que lo dicho anteriormente sea equivocado y que las medidas anunciadas nos lleven directos a la felicidad.

Pero no me hago ilusiones.

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