La Sanidad es, con la Educación y las bases de la economía para asegurar el empleo, uno de los elementos prioritarios de la acción política en el ámbito regional.
Esperanza Aguirre utilizó en una de sus campañas electorales su compromiso de reducir las listas de espera para intervenciones quirúrgicas ofreciendo como contrapartida, si no lo cumplía, su dimisión.
Esperanza Aguirre engañó, o quizás debería decir "intentó engañar", porque a la mayoría no nos ha engañado, cambiando las reglas de contabilización de las listas de espera para ajustarlas a su necesidad de presentar cifras que dieran la apariencia de cumplimiento.
Esto, con ser éticamente inaceptable, podría obviarse si en paralelo se hubieran tomado iniciativas para mejorar las listas de espera, aunque no se hubieran alcanzado las cifras a las que se comprometió Esperanza Aguirre. Pero la mayor parte de las actuaciones han tenido como único objetivo la exclusión de las listas de espera oficiales de la mayor parte de los pacientes, siendo casi inexistentes las iniciativas eficaces de fondo.
Es evidente que ni Esperanza Aguirre ni su partido van a admitir públicamente la trampa, pero en su fuero interno saben que lo es y la mayoría de los ciudadanos también.
De cara a las próximas elecciones utilizarán esa técnica que nos enseñan para combatir las rabietas de los niños, que consiste en hablarles de otra cosa atractiva para ellos confiando en que únicamente recuerden lo último de lo que se les habla.
En su última campaña electoral Esperanza Aguirre prometió construir cuatro hospitales, uno de ellos en Carabanchel, en los terrenos de la antigua cárcel, para atender a los 500.000 habitantes de la zona.
Hoy Esperanza Aguirre nos dice que no va a construir ese hospital con el pretexto de que no es necesario porque ha llegado a un acuerdo con el Ministerio de Defensa para la utilización del Hospital Militar Gómez Ulla, ubicado en el mismo barrio de Carabanchel.
Pero ese acuerdo supone que el hospital Gómez Ulla atienda a 100.000 habitantes, una quinta parte de los que debía atender el nuevo hospital.
Parece que Esperanza Aguirre y sus sucesivos consejeros de Sanidad tienen problemas con la aritmética.
Más cerca de mi casa, aquí al lado, en el barrio de Arroyo Culebro en Leganés, el consejero de Sanidad, señor Fernández, acaba de confirmar que el gobierno del que forma parte no va a cumplir su compromiso de construir el centro de salud al que se comprometió hace años, que los vecinos no paran de reclamar y para el que el Ayuntamiento de Leganés ha cedido una parcela en la que, de momento, sólo pueden verse hierbas silvestres.
Esperanza Aguirre, con su política privatizadora, que sólo beneficia a las empresas, pocas, adjudicatarias del servicio, es la responsable del grave deterioro en Madrid de un servicio, el de la Sanidad Pública, que era ejemplar en España y corre el riesgo de convertirse en ejemplo de ineficacia y mal servicio, como le ocurrió al del Reino Unido, que sufrió la misma dinámica privatizadora hace años con los gobiernos conservadores.
Como digo al principio, la Sanidad es uno de los servicios esenciales y una de las prioridades de la acción política en Madrid, y los madrileños nos merecemos unos gestores mejores y más comprometidos con el servicio a los ciudadanos
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jueves, 22 de julio de 2010
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Estoy plenamente de acuerdo con lo que indicas y es más, en esta semana voy a presentar una reclamación denunciando las listas de espera y su incumplimiento.
ResponderEliminarHace un año a mi hija se la derivó al Hospital Niño Jesus de Madrid para ser operada. En Enero de este año la vió el especialista que nos indicó que habia que operarla y nos derivo a la lista de espera, meses despues llame para ver la posición de mi hija en la lista de espera y me indicaron que tardarían todavía unos 20 días esto fue en abril(claro incumplimiento de los tres meses). Sin noticias a mediados de mayo citan a mi hija otra vez por el mismo especialista y la vuelven a valorar lo mismo. Ante nuestro asombro de porqué estamos allí si lo que la niña tiene está claro hay que operarla, nos indica el médico que lo que ocurre es que no hay quirófanos, y le menifestamos al médico, que la cita con él es una perdida de tiempo que este hueco podría haberse utilizado para otro niño y no para ocultar la demora de mas de 6 meses que han tardado en operar a mi hija.
Una cosa tengo clara, voy a poner una reclamación en el Hospital y la voy a enviar a donde sea.
Dónde ir para denunciarlo, quizá al Juzgado... esto es una indecencia...