El Partido Socialista Europeo ha redactado, de cara a las próximas elecciones Europeas, un Manifiesto (http://www.pes.org/downloads/PES-Manifest_ES.pdf) que, en su capítulo 4 trata de la igualdad de género.
El punto 39 dentro de dicho capítulo dice:
“Trabajaremos para apoyar a los padres y a las madres, de manera que puedan conciliar sus responsabilidades familiares y profesionales.
Para apoyar este objetivo, proponemos que los Estados miembros cumplan el actual objetivo de la UE, consistente en una cobertura de plazas de guardería del 33% para niños y niñas de 0 a 3 años y una cobertura del 90% para niños y niñas de 3 años hasta la edad escolar, y que adopten los objetivos cualitativos complementarios de la UE en esta materia.”
En España, en el año 2006, de un total de 1.746.313 niños y niñas de 0 a 3 años, 695.168, el 40%, estaban matriculados en algún centro público o privado autorizado por la Autoridad Educativa.
Ésto, según datos obtenidos de las estadísticas de educación infantil del Ministerio de Educación, Política Social y Deportes y del padrón de habitantes del Instituto Nacional de Estadística.
Según estos mismos datos, todos los niños a partir de 3 años están escolarizados (el 100%)
De hecho, las cifras indican que los niños escolarizados superan al total del padrón, probablemente porque hay un porcentaje de niños que no figuran en el padrón por razones diversas (hijos de inmigrantes sin papeles, por ejemplo)
Aunque estas cifras nos permitirían estar orgullosos del logro alcanzado en estos años de democracia, no debemos bajar la guardia.
Por un lado, no está garantizado que esa escolarización, prácticamente total en la educación infantil, pueda mantenerse con un nivel de calidad adecuado. Por ejemplo, las medidas que el gobierno de la Comunidad de Madrid está introduciendo para rebajar el nivel de cualificación exigido a los profesionales de las escuelas infantiles y aumentar el número de niños por aula y educador o educadora, suponen una amenaza a la calidad de la educación infantil en Madrid.
En segundo lugar, aunque es un medio necesario, la disponibilidad de centros de educación infantil, no es suficiente para garantizar la igualdad real en la asunción de responsabilidad respecto al cuidado de los hijos. Un esfuerzo muy importante debe realizarse en materia de educación ciudadana para que los varones entendamos que debemos compartir dicha tarea en régimen de igualdad y apliquemos en la práctica esa convicción.
Finalmente, las medidas para favorecer la conciliación de la vida familiar y profesional de los padres y madres, no deben limitarse a la cobertura de plazas en la educación infantil. Son también necesarias medidas que fomenten la flexibilidad en la actividad laboral que permitan responder a las frecuentes situaciones de excepcionalidad que se presentan cuando se tienen niños pequeños (enfermedades, festividades escolares, etc.)
Y debemos documentar nuestros logros para que puedan ser utilizados como referencia en ayuda de otros paises europeos, e incluso no europeos, que no hayan alcanzado todavía nuestro nivel de madurez en la materia.
jueves, 5 de marzo de 2009
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