El título de este artículo es el argumento de un artículo publicado en el blog "El Patio del Congreso" (http://lacomunidad.elpais.com/el-patio-del-congreso/2009/3/5/-es-inmune-pp-las-denuncias-corrupcion-/4#c1086188) que recomiendo leer.
En un curso de ventas me explicaron que, en un proceso de venta, (como el del voto en unas elecciones políticas) lo importante no es la calidad de los argumentos, sino la cantidad de ellos.
Por ejemplo, el hecho de que un ordenador fuera de color beige, acorde con la pintura de la sala donde se iba a instalar, equivalía al argumento de la competencia de que su ordenador era más potente.
Esto, que parece una estupidez, resulta, al parecer cierto cuando analizamos la percepción emocional del posible cliente.
El PP es un maestro en esta técnica:
Hay un corrupto en nuestro partido,
El juez Garzón ha tardado un día de más en transferir el caso al tribunal superior
Resultado: empate vayamos a por el siguiente.
Y si la diferencia cualitativa es muy grande, hagamos mucho ruido (o echemos mucho humo), cualquier cosa con tal de distraer la atención y mitigar el efecto cualitativo. Todo éso sin contar con la atenuación producida por el tiempo.
Por éso insisto en hacer política en positivo, proponiendo soluciones, valorando lo que los demás hacen bien, argumentando para mejorarlo.
Por lo menos así, si no gano, habré sido honesto y no me habré reido de la inteligencia de los ciudadanos.
Creo, haciendo mía la posición de los dos diputados de grupos de izquierda citados en el artículo del blog indicado al principio, que luchar con argumentos negativos no beneficia a la izquierda, porque los votantes de izquierda son más sensibles a los argumentos cualitativos, aunque sea presuntuoso decirlo, utilizan más la inteligencia para decidir su voto, pero es una inteligencia emocional, fácilmente desmovilizable cuando se sienten defraudados.
jueves, 5 de marzo de 2009
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