martes, 4 de enero de 2011

Economía para torpes (dedicado a los que se consideran expertos)

Lo que da de comer a los cuarenta y tantos millones de personas que vivimos en España es la riqueza producida en España. Es decir, el PIB de cada año sumado a lo que nos ahorramos el año anterior y restado lo que ahorramos para el siguiente.
Para repartir esa riqueza se utilizan diversos mecanismos:
- sueldos de empleados de empresas privadas
- sueldos de funcionarios públicos
- pensiones de jubilación pagadas por la Seguridad Social
- pensiones de jubilación privadas
- subsidio de desempleo
- pensiones no contributivas
- servicios públicos gratuitos o subvencionados (de la administración central, autonómica o municipal)
- rentas del capital
- vida en unidades familiares (padres que mantienen a sus hijos con sus ingresos, etc.
- actividades ilegales ( robos, corrupción, etc.)

Hay quien se entretiene, en vano, en analizar una parte reducida del modelo ( el sistema de pensiones, por ejemplo) y, como no analiza el conjunto global, saca conclusiones equivocadas, porque le faltan elementos. Es como si para hacer que ande un tren se estudiaran las ruedas de modo independiente y sin tener en cuenta la forma de los raíles. O como entrenar a un equipo de fútbol haciendo practicar únicamente a los porteros.

Para producir esa riqueza que nos da de comer, se utiliza una cantidad de mano de obra determinada. Es lo que llaman los estadísticos la población activa.

Los expertos que solo estudian una parte del sistema, como no quieren conocer otro medio de repartir la riqueza que el empleo, se empeñan en pedir que se cree más empleo.
Pero no necesitamos más trabajadores. En primer lugar porque con los que tenemos ya producimos toda la riqueza que nos da de comer y en segundo lugar porque el progreso tecnológico hace que cada día se necesite menos mano de obra para producir la misma cantidad de riqueza.
Hay quien alega que debemos crecer, es decir, aumentar la cantidad de riqueza que se produce.
Tienen razón, siempre que seamos capaces de producir riqueza que haga falta, porque nuestras industrias son tan eficaces que, con las empresas y la mano de obra existente, ya nos sobra para producir todos los automóviles que somos capaces de consumir, por poner un ejemplo, y nos vemos obligados a parar la producción temporalmente cada año.

En realidad nuestro margen de crecimiento es cada vez más limitado, porque la demografía empieza a alcanzar sus límites y sin una buena guerra devastadora no proporcionará cifras de dos dígitos en el futuro.

Por otro lado, el nivel de vida, el nivel de consumo se va igualando y cada vez es más difícil encontrar nuevos mercados, vírgenes de los productos que somos capaces de fabricar.
Pero aquí hemos encontrado, sin haberla buscado, una de las claves para mantener durante algún tiempo más un buen ritmo de crecimiento:

En la palabra IGUALDAD

Está demostrado que un reparto más igualitario de la riqueza producida genera un período de crecimiento sostenido de la economía más prolongado.

En cambio, un reparto más desigual de la riqueza es capaz de generar picos de crecimiento espectaculares, pero mucho mas breves. Muchos se deslumbran con ellos (los que elogiaban el modelo del "tigre" irlandés, o los que bajaban los tipos de interés y los impuestos ante el crecimiento artificial de los precios inmobiliarios)
Pero estos períodos de crecimiento con reparto desigual de la riqueza siempre acaban en una caída brutal.

Pero no es de la forma de mejorar nuestra capacidad de crecimiento de lo que quería hablar hoy.

Al analizar la economía globalmente (y ya es casi una frivolidad considerar a un país como España como un modelo global) podremos identificar cuales son los verdaderos problemas.

El problema no es si el número de trabajadores que cotizan serán suficientes para pagar las pensiones de los jubilados.
El problema es si seremos capaces de producir la suficiente cantidad de riqueza para que vivan todas las personas que haya en España.

Y el problema no es si vamos a encontrar un empleo para todas las personas en edad de trabajar.
El problema es si seremos capaces de encontrar un medio eficaz y justo de repartir la riqueza producida.

Porque si decidimos, por ejemplo, que los trabajadores se jubilen dos años más tarde, prolongando así su período de actividad, sin haber creado antes los puestos de trabajo para esos miles de trabajadores adicionales, lo único que estaremos haciendo es retrasar en dos años la incorporación al trabajo de los trabajadores más jóvenes. O haciendo que haya más trabajadores en la edad intermedia en situación de desempleo.
Porque las empresas no van a crear más empleos porque los trabajadores se jubilen más tarde. Una cuerda puede ayudar a subir un carro por una cuesta si nos ponemos delante y tiramos de ella, pero si nos ponemos detrás y tratamos de empujar la cuerda, no conseguiremos nada.

En primer lugar deberíamos resolver el dilema del método a utilizar para el reparto de la riqueza. Y si nos empeñamos en que siga siendo el empleo, tendremos que adecuar el empleo a la situación social y tecnológica de nuestro siglo, y no seguir contemplándolo como hace dos siglos.
La única forma viable de seguir utilizando el empleo como mecanismo para repartir la riqueza es reducir el tiempo de trabajo para que al trabajar menos horas pueda haber más gente trabajando.
Y no se trata de ninguna ley económica, de ningún estudio del funcionamiento del mercado, de ninguna teoría sociológica.

Es simple ARITMÉTICA

El problema es que la aritmética está al alcance de cualquiera, desde los ocho años.

Y los que nos dirigen, sobre todo los que se ocupan de la economía, han estudiado cosas mucho más complejas y no están dispuestos a renunciar a ellas, bajarse del pedestal y usar los mismos medios que el ciudadano corriente para resolver nuestros problemas.
Y mientras sigan utilizando, para sumar y restar, complicados métodos basados en integrales, regresiones lineales y demás, seguiremos sin solución.




4 comentarios:

  1. El sistema de reparto utilizado en nuestras pensiones públicas donde los ocupados pagan la pensión de los jubilados tiene una clara limitación....el paro y el envejecimiento de la población (mayor esperanza de vida gracias a los avances médicos...). Solución ¿los Planes de Pensiones Privados? Parece que ni son interesantes fiscalmente (no pagas hoy pero pagas mañana...cuando más lo necesitas), ni obtienen una rentabilidad que justifique ese tipo de ahorro/inversión.
    Además, estamos en crisis... ¿quién piensa en ahorro complementario para su jubilación...aparte de las grandes fortunas?
    La única solución razonable sería PRIVATIZAR las pensiones públicas. La optimización de la gestión patrimonial, la racionalización de los gastos evitando despilfarros notorios y, sobretodo la cobertura de las inversiones permanentemente auditadas (por organismos independientes) evitaría la situación actual.
    / http://markdezabaleta.blogspot.com /

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  2. Gracias por tu comentario Mark.
    He leído un poco de tu blog y resulta interesante, aunque se sitúe lejos de mi forma de ver las cosas.
    Partes, para tus opiniones, una serie de principios que has debido adquirir de forma muy arraigada sobre el funcionamiento de la economía. Pienso que ese arraigo de tus principios en la materia quizás pueda limitar algo tu capacidad para admitir dudas sobre sus fundamentos, pero no deja de ser una visión subjetiva por mi parte.
    Me parece que con tus recetas se estimula el individualismo en el funcionamiento económico de la sociedad, lo que tiene una consecuencia que para mí es inaceptable en forma de desigualdad y de exclusión de los más pobres.
    ¿Cómo va a hacerse un plan de pensiones privado un mileurista o un padre de familia que tiene dificultades para llegar a fin de mes?
    ¿Le vamos a dar la parte de cotización a la Seguridad Social que paga hoy su empresario?
    ¿Va a ser ese mileurista más eficaz gestionando las pensiones que un gran organismo como la Seguridad Social?
    Y si piensas que sí
    ¿Lo van a ser todos?
    ¿Qué haremos con los que hayan fracasado y perdido su plan de pensiones privado cuando esté jubilado y sin ingresos?
    En fin, no son mas que una muestra, en forma de preguntas, de las muchísimas desventajas que tiene, desde mi punto de vista, lo que propones.
    Insisto en que la solución debe pasar por un reparto de la riqueza menos desigual.
    Y también insisto en que lo fundamental no es si el sistema público de pensiones da para todos los que cobrarán de él. Porque si no es así, deberemos encontrar otro sistema para repartir la riqueza que sea justo y permita una vida digna y feliz a todos (o al menos aspire a ello)
    Y para ello, lo fundamental es que seamos capaces de generar la suficiente riqueza para todos, en forma de producción industrial y de servicios.
    Lo demás son zarandajas de menor importancia
    Reitero mi agradecimiento por tu comentario y encuentro muy estimulante poder debatir sobre el asunto con alguien que piensa de modo diferente

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  3. En el post se nombran varios conceptos que son cada uno en sí mismo es muy interesante, y posiblemente necesitarían un apartado más específico, pero si quiero exponer aquí mis opiniones…

    - Deberíamos ser un poco más rigurosos en lo que consideramos reparto de riqueza, y generación de riqueza (o generación de PIB)… (lo que suma al PIB y lo que no suma al PIB…)

    - Desafortunadamente, la fórmula para generar riqueza (o producir más PIB)… sí que es el empleo, o más bien la cantidad de horas de trabajo… eso, y la productividad, claro (como apunta Bernardo en su post). El problema de la productividad es que no es magia, va a depender de muchos factores… entre otras cosas, a qué nos dedicamos. Si nos dedicamos a hacer pisos, la unidad de PIB por hora trabajada es muy baja. Si nos dedicamos a hacer satélites, posiblemente es muy alta. Pero ante una situación concreta de productividad el empleo es lo único a lo que podemos aferrarnos. Más horas trabajadas, más riqueza producirá el país.
    (En este apartado sí se puede debatir si es mejor que haya más gente trabajando menos horas, o al contrario)

    - Que la demografía supone un límite al crecimiento, y necesitamos una buena guerra, para crecer más, etc… es una afirmación bastante temeraria . Eso pasaba antes del siglo XIX, período en el cual un economista llamado Malthus hacía ver que a largo plazo, el ratio de personas que nacen debe ser igual al ratio de personas que fallecen para que se mantuviera un equilibrio. A partir de la revolución industrial esa regla no se cumple.

    - “Está demostrado que un reparto más igualitario de la riqueza producida genera un período de crecimiento sostenido de la economía más prolongado”. Demostrado por quién?? No es que esté en contra del reparto de la riqueza, ni mucho menos, simplemente creo que son dos problemas completamente distintos, y que juntarlos es un tanto demagógico. El autor intenta exponer que riqueza mejor repartida = más riqueza…. Y creo que hay que abordarlo desde dos ángulos:
    1) ¿Cómo se puede generar más riqueza?
    2) ¿Cómo se puede repartir mejor la riqueza (sin que ese reparto desincentive la creación de riqueza)?

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  4. Gracias David,
    En efecto, todo el artículo esta escrito tomando muchas licencias en cuanto a simplificación. En primer lugar porque no soy un experto, aunque trato de leer lo que puedo, gustándome en especial John Keneth Galbraith, por la claridad de sus textos y el humor que destilan.
    Mayor rigor en el capítulo dedicado a hablar del PIB y la riqueza generada mejoraría el artículo, pero lo que busco no es ser muy académico (no podría) sino provocar la reflexión y el debate, y, si pudiera, sacudir un poco las mentes de los economistas que dirigen la política económica.
    Por supuesto que la demografía todavía no es un límite brutal para el crecimiento, pero lo será a medio plazo, es de sentido común. Aceptando que hay también un cierto margen para crecer con mejores productos, algunas novedades y nuevos servicios. Pero lo que me preocupa es que los políticos y economistas que dirigen nuestros países sigan pensando en la economía como hace dos siglos, basándolo prácticamente todo en el crecimiento.
    Creo que deberíamos empezar a plantearnos cómo será el modelo ideal dentro de cincuenta años, porque, de lo contrario, preveo crisis cada vez más brutales que terminarán en una revolución violenta (en el sentido del cambio de modelo y del sufrimiento de mucha gente en el tránsito, no necesariamente en forma de violencia física)
    En cuanto a la mayor idoneidad del reparto igualitario de la riqueza para generar períodos de crecimiento prolongados y sostenidos, simplemente me hago eco de estudios estadísticos sobre las crisis vividas en los últimos cien años y el nivel de igualdad en el reparto de la riqueza. En algunos artículos anteriores, escritos en este mismo blog durante el período álgido de la crisis actual hacía referencia a estos temas.
    En cualquier caso, creo que tus comentarios mejoran mi artículo, por lo que te reitero mi agradecimiento

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