Y no sólo como lugar donde pasar las vacaciones disfrutando del sol, sino también como una sociedad dinámica que se ha situado a la vanguardia en muchos aspectos:
- desde el punto de vista del progreso social, con las leyes más avanzadas de Europa en materia de derechos sociales para las personas
- en capacidad de organización con el desarrollo con éxito de acontecimientos de la importancia y complejidad de los Juegos Olímpicos, la Exposición Universal, y varias importantes conferencias internacionales, algunas organizadas de modo improvisado, como la conferencia sobre la paz en Oriente Medio o el mayor juicio al terrorismo internacional finalizado con normalidad pese a su dificultad y a las amenazas.
- en los últimos años también en dinamismo económico siendo la nación que más ha crecido en la zona Euro absorbiendo al mismo tiempo una oleada de inmigrantes que nos ha situado entre los países de Europa con más porcentaje de población extranjera residente, cuando hace unos años éste era un fenómeno prácticamente inexistente aquí.
España en la vanguardia de las medidas para salir de la crisis
Y ahora, cuando todos los países tratan de encontrar la mejor política para afrontar la crisis económica y salir cuanto antes de ella, España vuelve a ser un referente definiendo el camino adecuado y predicando con el ejemplo con una serie de medidas económicas que atacan los tres problemas principales de la actual crisis:
- El desempleo y sus consecuencias para lo que ha lanzado medidas urgentes de generación de empleo a corto plazo, que han permitido reducir el alcance del mismo, medidas de protección para que aquellos que se han visto afectados por él puedan mantener un mínimo de calidad de vida y, finalmente, medidas de ayuda a sectores fuertemente generadores de empleo, como el automóvil o las pymes.
- El deterioro del mercado financiero que al reducir la financiación de las empresas tiene un impacto negativo muy fuerte en la actividad económica, para lo que, apoyándose en la buena situación regulatoria que mantenía saneadas a nuestras entidades financieras, ha inyectado fondos para que nuestros bancos vean aliviadas sus necesidades de financiación y pongan en el mercado los créditos que las empresas necesitan. Estas medidas, cuya complejidad es grande por el especial funcionamiento de los mercados financieros, están siendo objeto de seguimiento y adaptación desde el principio, con el fín de que el dinero inyectado por el gobierno en el sistema acabe llegando efectivamente a las empresas.
- El relanzamiento de la actividad económica para que se vuelva a generar la cantidad de riqueza suficiente para que nuestra sociedad disponga de nuevo de medios con los que financiar tanto la calidad de vida de los particulares como las necesidades sociales que están bajo la responsabilidad del sector público. Este relanzamiento se realiza mediante medidas que tienden a cambiar el modelo de crecimiento haciéndolo menos dependiente de un único sector, como ha sido el caso en los últimos años con la construcción, y orientándolo, además, hacia sectores económicos de mayor valor añadido y sostenibilidad, lo que mejorará la productividad y la competitividad de la economía de nuestro pais.
El retraso del gobierno en reconocer públicamente el alcance de la crisis
La actuación del gobierno de España desde el principio de la crisis ha recibido reproches, prácticamente unánimes, especialmente por su retraso en admitir la profundidad de la crisis y sus consecuencias inmediatas.
Sin pretender que dicha actuación de nuestro gobierno ha sido perfecta, quiero exponer algunas reflexiones sobre la misma para matizar los reproches, en parte probablemente injustos.
En primer lugar hay que tener en cuenta la dependencia de la economía respecto al estado de ánimo de sus distintos actores. Cuando los consumidores se sienten confiados en el futuro tienden a consumir en mayior cantidad, lo que hace que la economía crezca. Lo mismo se aplica al empresario, que, al ver el futuro con confianza, tiende a invertir lo que genera un incremento en las ventas de los fabricantes de bienes de equipo y hace también que la economía crezca. Ésto genera una especie de círculo virtuoso que amplifica permanentemente la capacidad de crecimiento de la economía.
Por el contrario, si la confianza de los consumidores y empresarios se deteriora, aquéllos no comprarán, y éstos no invertirán, guardándose ambos su dinero por si lo necesitan en el futuro.
Se generará así una espiral negativa que irá reduciendo la actividad económica y podrá desembocar en una recesión.
Cuando un gobierno se enfrenta al comienzo de una crisis, lo primero que observa es el deterioro de la confianza de los actores económicos.
Su obligación es doble:
- Actuar contra el deterioro de la confianza tratando de limitarlo y, si es posible suprimirlo.
- Actuar sobre la economía tratando de estimularla para compensar las consecuencias sobre el crecimiento del deterioro de la confianza.
Por otra parte, ya en la antesala de la crisis, y aprovechando sin duda que había elecciones y que la medida era popular, lanzó la famosa medida de rebajar 400 euros a cada contribuyente en el IRPF. Esta medida, que al ser lineal (la misma cantidad para todos independientemente de la riqueza de cada uno) no contribuía a hacer más justo el reparto de la riqueza, sin embargo pretendía actuar inyectando dinero directamente en la economía dándoselo a los consumidores para que éstos consumieran más. Puede discutirse la eficacia de la medida y si otro tipo de medida habría sido más eficaz, pero lo que no puede decirse es que el gobierno de España se quedara inactivo frente a la crisis que ya se veía venir.
Desde entonces el gobierno de España ha tomado medidas sucesivamente adecuadas a la situación del momento, culminando hasta ahora en las anunciadas por su presidente Zapatero en el debate sobre el Estado de la Nación.
Aún sabiendo que de esta crisis únicamente se puede salir con medidas globales aplicadas por todos los paises del modo más coordinado posible, España marca la línea de lo que se debe hacer en materia de política económica, lo expone en las reuniones multilaterales en las que participa y lo pone en marcha sin esperar a ver lo que hacen los demás.
El PSOE ante las elecciones europeas del 7 de Junio
España se erige así en ejemplo de aplicación de la política que el manifiesto 2009 del Partido Socialista Europeo propone para salir de la crisis, a lo que dedica su capítulo primero (Relanzar la economía y prevenir nuevas crisis financieras) estructurado en tres apartados:
- Reformar los mercados financieros para que estén al servicio de la economía real, el empleo y el crecimiento
- Una estrategia europea para el empleo y el crecimiento verde e inteligente
- Garantizar que trabajadores y empresas se benefician de la transformación económica
El secretario de la OCDE, el mejicano José Angel Gurría Treviño, ha elogiado la actuación del Gobierno de España frente a la crisis en una intervención hoy en Madrid, en el Foro Nueva Economía que recoge El Pais en su edición digital y de la que reproduzco a continuación un extracto:
ResponderEliminarRespaldo a la labor del Gobierno
No obstante, tras el toque de atención, han llegado los halagos. De hecho, Gurría ha ensalzado la labor del Gobierno español en su lucha contra la crisis, con unas medidas que van en la “dirección correcta”. Además, también se ha puesto de parte del Ejecutivo al criticar la rebaja que hicieron de España las agencias de calificación: “Una insensatez”, ha asegurado antes de ironizar que los diferentes países deberían apoyar a estas agencias para que recuperen el prestigio y la credibildad, para que entonces sí se preocupen por lo que digan.
De forma más general, Gurría ha afirmado que España no estuvo en el “epicentro” de la crisis, “porque estaba haciendo bien las cosas”, con un sistema financiero “sólido y estable, bien supervisado y bien regulado” y con un superávit fiscal. A este respecto, ha destacado el “mérito, valor y coraje” del Gobierno, que con las medidas ha ido intentando combatir la crisis y que no le ha importado continuar adoptando más al ver que los signos no eran buenos, lo que tiene “un costo político muy grande”.