viernes, 24 de octubre de 2008

La crisis económica mundial en España

Ayer tuvimos un coloquio muy interesante e instructivo con Carlos Mulas, de la fundación Ideas, sobre la crisis económica que vivimos.


Como introducción recordó uno de los aspectos básicos que inciden en la marcha de la economía: las sensaciones, la percepción de la situación, dicho de otro modo, el factor psicológico. Cuando prevalece una percepción favorable de la marcha de la economía, los diferentes actores confían en la buena evolución futura y mantienen una actividad económica activa, consumiendo, inviertiendo y prestando dinero. Esto ayuda a que la percepción se confirme en la realidad generando de este modo un circulo virtuoso que mantiene una presión positiva sobre la economía real.


Por el contrario, cuando se generaliza la incertidumbre sobre el futuro, se produce el efecto inverso, los actores optan por la prudencia, ralentizan o detienen su actividad de consumo, inversión o préstamo y ésto genera un empeoramiento de la situación que confirma e incrementa la percepción negativa, creando un círculo vicioso que mantiene una presión negativa sobre la economía real.


Nos explicó también que la crisis actual, en España, procede de tres crisis distintas que han venido a coincidir en el tiempo:


  • El pinchazo de la burbuja inmobiliaria en España


  • La crisis financiera en Estados Unidos derivada de la concesión de hipotecas en condiciones temerarias (las famosas "subprime" o hipotecas basura)


  • La crisis de las materias primas, fundamentalmente productos de alimentación, debido a malas cosechas en algunos de los grandes productores de Oceania, Asia y América del Sur.


Por otro lado, el incremento de los precios del petróleo que se ha producido en los últimos meses, y que ha impulsado la inflación al alza, está remitiendo, al igual que su efecto sobre la inflación. Este incremento ha tenido su origen en un movimiento especulativo, y no en una perspectiva real de agotamiento de las reservas mundiales a corto plazo.


La mala situación económica se prolongará, según las previsiones, hasta el final de 2009 o principios de 2010. Esta previsión hay que tomarla con reserva, porque los economistas suelen ser malos profetas. Lo que no parece presentar dudas es el fuerte incremento del paro que esta crisis va a provocar en España.


La solución para salir de esta situación es triple, como lo es el origen de la misma:



  • Para superar el impacto de la explosión de la burbuja inmobiliaria en España hay que estimular la actividad económica, en primer lugar impulsando sectores con potencial de crecimiento, como el Aeronáutico, las Biotecnologías, las Energías Renovables y las Tecnologías de la Información y la Telecomunicación (TIC). El crecimiento previsible de estos cuatro sectores debería compensar, en términos de Producto Interior Bruto (PIB) la caida del sector inmobiliario. La compensación no será completa en términos de empleo dado que estos sectores producen más riqueza con menos cantidad de trabajo comparado con el inmobiliario. Por otro lado, hay que compensar las pérdidas de empleo con prestaciones sociales, especialmente en lo relativo al subsidio de desempleo con el fín de proteger a las familias afectadas por el paro. Finalmente, hay que cuidar especialmente la orientación del gasto público para optimizar su impacto sobre la evolución de nuestra economía hacia un modelo más competitivo, potenciando las políticas que hagan que los actores económicos, tanto consumidores como empresas, se orienten hacia gastos e inversiones productivos y generadores de empleo, en lugar dc otros que ahonden en nuestro modelo económico actual, demasiado basado en la construcción y el consumo no productivo

  • Para actuar contra el efecto de la crisis provocada por las hipotecas basura en Estados Unidos, hay que atacar tanto la causa, para evitar que se reproduzca y generar confianza, como su efecto, que ha sido la paralización del mercado financiero mundial que impide a las empresas y consumidores conseguir el dinero necesario para realizar su actividad de compra e inversión. Las aciones en este terreno deben ser a escala mundial y de modo coordinado, dado que la crisis, aunque tenga su origen en Estados Unidos, ha extendido su efecto a todo el mundo. En primer lugar, hay que establecer unos nuevos modelos de regulación de los mercados financieros, inspirándose quizás en el ejemplo español. En este terreno debería jugar un papel importante el Fondo Monetario Internacional. Pero para que el FMI se convierta en un agente regulador de los mercados financieros mundiales es preciso modificar sus actuales atribuciones, algo que sólo se puede hacer mediante un amplio acuerdo internacional. El interés por explicar sus ideas en este aspecto y el convencimiento de que son las correctas, es lo que hace insistir al gobierno español en ser invitado a la reunión del G20 en Washington el 15 de Noviembre. En segundo lugar, para relanzar la economía mundial y volver a ponerla en la senda del crecimiento, la receta es conocida y su éxito ya fué demostrado en la salida de la crisis del 29. Se trata de incrementar el gasto público. La diferencia es que, en aquella ocasión, el problema era de los Estados Unidos, y únicamente fué necesario coordinar las inversiones a escala nacional, con ún único gobierno implicado. Para la situación actual, es necesario incrementar el gasto público a escala internacional y orientarlo correctamente para que permita un relanzamiento de la economía lo más rápida posible y generando el mayor empleo posible. La coordinación necesaria entre todos los gobiernos, en primer lugar para tomar las decisiones, y en segundo lugar para elegir las adecuadas, es probablemente muy compleja, principalmente por el gran número de paises implicados y las suspicacias que puede haber entre ellos respecto a la elección de opciones que puedan favorecer más a unos que a otros. También en este terreno quiere nuetro gobierno aportar sus ideas, aunque es evidente que nuestro presitgio es mayor en el área de la regulación.

  • Para atacar el problema de las materias primas, ya se están proponiendo algunas medidas en el marco de la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea para incrementar la producción de determinados cultivos.

Zapatero y los Banqueros:

La reciente entrevista de Zapatero con los banqueros ha sido utilizada por sus adversarios políticos para criticar demagógicamente que el gobierno iba a ayudar a los bancos en lugar de ocuparse de las familias y los trabajadores.

Se trata de una burda falsedad construida desde la ocultación de dos datos objetivos:

  • En el proyecto de presupuesto para 2009 se incluye una cantidad del orden de los 100.000 millones de euros para gasto social, con un notable incremento del correspondiente al subsidio de desempleo (para compensar la previsión de incremento del paro y descenso de la recaudación de la Seguridad Social). Esta cantidad es muy superior a los 30.000 millones de euros que se han aprobado (luego ampliados a 50.000) para solucionar la crisis financiera. Luego el gobierno aporta más dinero a los desfavorecidos que a ayudar a los bancos a salir de la crisis finaciera.
  • El dinero que el gobierno va a dedicar a solucionar la crisis financiera no es una ayuda a los bancos, sino una ayuda a la reactivación de los créditos que los bancos dan a los consumidores y a los empresarios para mejorar la actividad económica.

En la famosa reunión de Zapatero con los banqueros, que tuvo un carácter muy riguroso y exigente por parte del gobierno, les transmitió la necesidad de aplicar las ayudas obtenidas a la reactivación del mercado del crédito, y les advirtió de la necesidad de dirigir adecuadamente sus entidades indicando que es probable que algunas que sean mal gestionadas acaben siendo absorbidas por otras mejores, y que el gobierno, llegado el caso, será favorable a dichas operaciones con el fín de sanear nuestro sector bancario.

Por otro lado, el mecanismo de utilización del dinero del gobierno para ayudar a salir de la crisis financiera será muy estricto y cuidadoso con el fín de asegurarse de que se utiliza para los fines previstos. Así, por ejemplo, el Estado comprará a las entidades financieras que necesiten liquidez activos sanos de la mejor calificación financiera, correspondiendo a los bancos el utilizarlos para realizar ellos el saneamiento de sus activos más malos asumiendo sus propios riesgos. El resultado al final del período de ayuda será probablemente positivo para el Estado, que al recuperar la inversión realizada en los activos comprados podrá incluso obtener beneficios iguales o superiores al coste de su financiación. Además, esos activos de buena calidad se utilizarán para avalar créditos del ICO que permitirán al gobierno estimular la economía española.

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