miércoles, 21 de enero de 2009

Optimismo: la receta para la crisis

No soy original. Hace unos días lo ha dicho Zapatero. Yo lo dije hace varias semanas aquí mismo (http://bramosv.blogspot.com/2008/11/optimismo-una-necesidad-para-salir-de.html) haciéndome eco de las palabras de Carlos Mulas sobre la situación económica.
Decía el director de la fundación Ideas, profesor titular de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid y antiguo director de la Oficina Económica de la presidencia del gobierno que la marcha de la economía depende fundamentalmente del estado de ánimo de la gente.
Unas expectativas favorables generan un "círculo virtuoso" que alimenta la evolución positiva de la economía, las cuales, al confirmarse, aumentan la dinámica de crecimiento.
Por el contrario, la situación inversa, unas expectativas desfavorables, como las que actualmente existen, en buena medida (no exclusivamente, pero, insisto, sí en buena medida) debido a la masiva cobertura mediática de todo lo negativo que tenga que ver con la crisis económica, generan un "círculo vicioso" que alimenta la evolución negativa de la economía, y que , al confirmar las expectativas, aumenta la dinámica descendente.
Yo mantenía en mi publicación de hace unas semanas que la receta más adecuada para la salida de la crisis económica es el optimismo.
En coherencia con dicha afirmación, hago en estos momentos, el día de la toma de posesión de Barack Obama como presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, la predicción de una mejora significativa de la economía en los próximos días o semanas.
Esta mejora se va a producir porque las primeras medidas de Obama van a generar confianza en el futuro en la mayoría de la gente.
Esta generación de confianza se basa por un lado en las expectativas favorables que la llegada de Obama han generado en todo el mundo y por otro lado en mi convencimiento de que no hay ninguna razón objetiva de tipo económico que justifique la crisis actual, al menos en sus términos tan agudos.
Es cierto que hay un problema de confianza que ha generado un parón del mercado financiero.
Pero el mercado de bienes, infinítamente inferior a aquél, pero mucho más sólido, puesto que es el que permite medir el estado de la economía real, goza de buena salud.
Voy a explicar esta aparente salida de tono respecto a la opinión comúnmente aceptada hoy:
Los problemas de los distintos sectores económicos en crisis se definen como problemas de exceso de stock: ya tenemos todas las casas que necesitamos para los próximos meses, ya tenemos también todos los coches que necesitamos para los próximos años, y todos los televisores, y así sucesivamente todos los diferentes productos de consumo. Y en consecuencia, los ciudadanos que se dedicaban a trabajar para producir dichos productos, no "pueden" seguir trabajando porque no es necesario.
Esto no significa que esos sectores económicos no estén funcionando bien. Al contrario, están funcionando con eficacia, puede que con demásiada eficacia.
El problema es que los que deberían comprar esos productos no lo hacen. En parte porque no los necesitan, y en parte porque tienen miedo de gastarse el dinero por la publicidad sobre la crisis que los abruma.
Una corriente de confianza generada por el comienzo del funcionamiento de la administración de Obama puede (es mi apuesta) generar esa confianza, al menos un poco más de la que generaba el nefasto Bush.
Y esa mejora del estado de ánimo, del clima de opinión, ese crecimiento del OPTIMISMO, va a comenzar a generar el círculo virtuoso del próximo período de bonanza económica mundial.
Esto va a ser un hecho. La única duda que cabe es la velocidad a la cual ese círculo virtuoso va a implantarse y generar una evolución positiva tangible en la economía.
¡¡¡Viva el optimismo!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
Google Analytics Alternative